El mes del amor y la amistad, es un buen momento para reflexionar acerca de lo que realmente nos mueve en las relaciones.
La mayoría estamos buscando ser amados, apapachados, apreciados y entendidos, tal vez, el 99% de lo que hacemos, decimos, tememos y nos aflige es la aprobación de quien es importante para nosotros.
El amor le da significado a nuestra vida, las relaciones nos hacen crecer, aprender y evolucionar, pero también nos hacen sentir frustración cuando las personas se reúsan a llenar nuestras expectativas y deseos.
Lo que hacemos normalmente ante esto, es querer cambiarlos, convenciéndolos de “hacerlo bien”, de acuerdo a nuestras ideas, creencias y valores.
Es un hecho que las personas que nos rodean responden a una ley de atracción, por lo tanto revisemos a quiénes tenemos cerca y qué nos muestran de nosotros mismos como espejos.
Las experiencias vividas nos han hecho, a veces, cerrar el corazón, construyendo muros en vez de puentes, si es así, jugar a lo seguro nos garantiza dejar fuera de nuestra experiencia la felicidad y el gozo.
Entre más se maduramos, más nos damos cuenta que en toda relación se requiere de paciencia y de un esfuerzo continuo, que amar tiene trabajo interno y responsabilidad.
Para que otro me ame y me aprecie, tengo que amarme a mí mismo y apreciarme, los demás nos perciben como nosotros lo hacemos. La clave es reconocer que cada día estoy trabajando en ser una mejor persona, sin querer ser como los demás quieren que sea.
Al final, la búsqueda es la armonía en todo, afuera y adentro de nuestro corazón, sí alcanzamos esta armonía interior, automáticamente, se crea lo mismo en nuestras relaciones… habrá conflictos y desafíos que nos harán crecer.
Nadie está para llenar nuestros vacíos, el trabajo es totalmente nuestra responsabilidad, cada vez que le permito al otro hacer el trabajo por mí, le estoy cediendo el control de mi felicidad y bienestar, lo que me hace perder independencia.
Ser responsable de todo aquello generamos con nuestros pensamientos y acciones nos garantiza una vida más plena, ser feliz es una obligación moral y sólo depende de ti.
BRILLA SIEMPRE
MEG
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