Una valiente mujer, Lynn Shattuck, comparte su historia con Depresión Posparto.
“Desde que estaba embarazada, sabía que tenía una alta probabilidad de padecer DPP, por mis antecedentes de Depresión. Por lo mismo, tenía un plan a seguir: retomar los antidepresivos que siempre había utilizado, asistir a grupos de apoyo e ir a terapia. Sentía que estaba preparada”
Pero para esto, NADIE ESTA PREPARADA.
Especialmente, ya que dar a luz y ser una nueva madre, para la sociedad es sinónimo de alegría. No estaba preparada, para todas las emociones, así como para tener un bebé que NO dormía.
Cuando parecía que había conciliado el sueño, lo trataba de poner en su cuna, e inmediatamente se despertaba, teniendo que repetir esta escena varias veces a lo largo del día y de la noche.
Comencé a tener insomnio, y aunque mi hijo pudiera dormir por periodos breves de tiempo, yo estaba muy ansiosa para descansar. Comenzaron los pensamientos negativos, obsesivos y atemorizantes, relacionados con la salud y el bienestar de mi niño. Teniendo imágenes incluso, de que lo podía lastimar.
Aunado al apoyo emocional, durante mi recuperación hubieron dos frases que siento que me salvaron la vida:
1) NO ES TU CULPA TENER DPP: Cuando me sentía cansada, miserable, desesperada, asustada y sola, me ayudaba saber que yo no había echo nada (o dejado de hacer algo), para tener DPP.
Existe una combinación de factores hereditarios, biológicos, emocionales y sociales que hacen que una mujer sea más vulnerable a desarrollarla.
2) TODO VA A MEJORAR: Con el tratamiento adecuado, la DPP es TEMPORAL y se puede alcanzar una completa RECUPERACIÓN.
Hablar sobre las emociones o pensamientos que nos asustan o que pensamos que son negativas, es de gran ayuda y es el primer paso para sentirte mejor.
Recuerda que convertirse en madre (o padre), es una de las transiciones más importantes que puede experimentar un ser humano a lo largo de su vida. Es una experiencia hermosa y sumamente demandante a la vez, por lo mismo, es INDISPENSABLE cuidarnos a nosotras mismas y estar fuertes física, emocional y espiritualmente”.
MERECES ser feliz, MERECES gozar de tu maternidad y saber que NO ESTÁS SOLA.
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