Lidiar con el estrés a través de los alimentos, no es saludable, ni física ni mentalmente, advierte Kasey Kilpatrick, nutrióloga
Todos hemos sido culpables de “comernos nuestros sentimientos” algunas veces, y cuando las emociones sobrepasan nuestro control, es cuando generalmente se recurre a la comida en busca de consuelo.
Y con justa razón, porque comer es un comportamiento inherentemente satisfactorio, explica Kasey Kilpatrick, nutrióloga del Hospital Houston Methodist.
En su opinión, existe esta tendencia de lidiar con el estrés o las emociones, a través de los alimentos, lo cual sabemos, “no es saludable, ni física ni mentalmente; el otro problema es que comer no funciona para resolver las emociones incómodas”, señala.
Si bien existen muchos consejos y trucos relacionados con la alimentación, para ayudar a combatir el comer por razones emocionales, “debemos reflexionar que hay una razón por la que estas reglas o trucos restrictivos con la comida no funcionan para todos: debe existir un enfoque más productivo para abordar la alimentación por razones emocionales, el cual no tiene casi nada que ver con la comida”, detalla Kilpatrick.
Y es que, según la especialista, las dos razones principales por las cuales la alimentación emocional con reglas alimentarias restrictivas no funciona para la mayoría de las personas son:
Se basa en que tu comportamiento se debe a una falta de autocontrol percibida. Estás usando una “solución” con alimentos para combatir un problema emocional. “Si yo te preguntara acerca de todas las áreas de tu vida qué puedes autocontrolar con éxito, es probable que quieras contarme una larga lista”, dice Kilpatrick. “Pero la mayoría de las veces, la alimentación emocional no tiene nada que ver con la falta de autocontrol; de hecho, probablemente tengas el suficiente (autocontrol).
Agrega que, al hablar de alimentación emocional, es importante aclarar que el hábito de comer tampoco suele ser el problema; querer comida reconfortante es parte de la naturaleza humana.
En cambio, el problema real es la emoción incómoda que sientes y que recurras a la comida como “supuesto” mecanismo de supervivencia: “al menos que te centres en la emoción subyacente que te hace comer y la enfrentes, continuarás luchando por controlar la alimentación por razones emocionales”, afirma.
No obstante, considera que procesar las emociones es un trabajo duro, especialmente en los momentos estresantes, como la actual pandemia, porque no sabemos cómo reaccionar. Y es aquí, cuando recurrimos a la comida para controlar las emociones.
Para la especialista, hay dos principios para superar la alimentación emocional: Reconoce el comportamiento sin juzgarte a ti mismo.
El primer paso para abordar eficazmente la alimentación emocional es simplemente reconocer que lo estás haciendo. Al reconocer que estás comiendo debido a una emoción incómoda, estarás más cerca de superarlo; el éxito empieza al aceptar y entender nuestro comportamiento, sin juzgarnos.
Encuentra una solución emocional a tu problema emocional. Para ir más allá de la alimentación emocional, necesitas sentir y reflexionar tu propia emoción, y encontrar una solución productiva para resolverla.
Bueno, eso depende tanto de ti como persona, como de la emoción particular con la que estás lidiando. “Aunque pareciera que estos dos principios suenan fáciles, seguirlos es un trabajo duro que puede llevar tiempo”, advierte la nutrióloga.
Kasey Kilpatrick ofrece algunos consejos prácticos para evitar comer en exceso y resolver las emociones que se podrían presentar en cualquier momento: Estrés: ejercicios de respiración, meditación o encontrar un lugar tranquilo para pasear. Soledad: envía mensajes de texto, haz llamadas o videollamadas con un amigo o un ser querido. Tristeza: haz una lista de las cosas por las que estás agradecido. Aburrimiento: termina un proyecto, mira una película o lee un libro. Ansiedad: acude a un amigo de confianza, pasa tiempo con tu mascota o considera comunicarte con un consejero o terapeuta. “Reemplazar los alimentos con una de las soluciones más productivas anteriormente mencionadas, es la única forma de evitar caer en la alimentación emocional a largo plazo”, puntualiza Kilpatrick.
Publicado originalmente en mi portal Editorial Salud y Bienestar Total
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