La vida es cambio permanente, esta frase la hemos escuchado tantas veces, sin
embargo cuando tu vida es modificada de su suave y conocida rutina, todo dentro de ti,
hace una pausa llena de resistencia, queja, descontento, desamparo, tristeza y frustración.
Lo que hacemos la mayoría es enojarnos, se genera un miedo que cuestiona y paraliza,
dudas de, ¿qué hice mal para vivir esta experiencia?, ¿por qué a mí?... cuando todo parecía
estar tan bien. Cuando un ser querido se va, cuando el cuerpo te frena, cuando sientes que la
vida te está arrebatando todo aquello que te daba felicidad, ¿cómo puedo asumirlo?
Hablar que todo cambio nos transforma, además de ser bueno, porque quiere decir que
estamos listos para una nueva lección y para seguir evolucionando en este proyecto, que es
nuestra Vida…
Es cierto, que toda transformación lleva tiempo, sí, tiempo, para adaptarte, para
redireccionar tu vida, establecer nuevas prioridades, aquello que creías que sería para
siempre ya no lo es… y entonces, replantear hacia dónde irá tu vida a partir de hoy.
Poder ser una buena compañía contigo, es observarte en este proceso, cuáles son tus
pensamientos, tus temores, tu dolor e investigarlos, de esta manera, este cambio te llevará a
ese lugar nuevo para conocerte y de donde saldrás renovado y en algún momento darás las
gracias por la experiencia.
Aceptar que te sientes vulnerable y que está bien ser frágil es una forma que nos permite
pedir ayuda a quienes sabemos que tienen la fortaleza para estar con nosotros sin juicios ni críticas.
En momentos de vulnerabilidad, te das cuenta de las personas que están dispuestas a
darte su cuidado, su atención y sólo ESTAR, para hacer que la experiencia sea menos dolorosa.
Dentro sabemos que a todo podemos adaptarnos, mientras tengamos vida, habrá
cambios… una frase que me ha ayuda en estos momentos “TODO PASA… Y TODO ESTA BIEN.”
Salir de esta zona de confort nos ayuda a conocernos, a darnos cuenta de nuestra fuerza
interior, se desarrollan capacidades que no conocíamos y que ahora podemos usar, sólo si
soltamos la resistencia y continuamos.
Hoy asumamos que cuando la vida nos hace una pregunta, por difícil que esta sea,
estamos listos con la respuesta, porque la llevamos dentro, de esta experiencia seguramente
saldremos más empáticos y compasivos con los demás.
Brilla siempre
Meg
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