Es muy importante hablar de estos síntomas, ya que la gente NO los suele relacionar con la Depresión Posparto. En general, las personas esperan ver a una mujer triste, llorando y alejada de todas aquellas actividades que antes disfrutaba.
Sin embargo, dentro de la DPP, también se pueden experimentar sentimientos de furia hacia todas las personas que te rodean, e incluso mucho enojo hacia el bebé y hacia ti misma (por estar atravesando por un momento tan difícil y no poderlo superar fácilmente).
Puedes sentirte simplemente enojada o irritable, o puedes NO tener paciencia como anteriormente. Todo te molesta. Tienes resentimientos hacia tu bebé, tu pareja, tu familia y tus amigos, especialmente hacia aquellas personas que no tienen hijos. Puedes llegar a experimentar una rabia incontrolable.
Por otra parte, puedes tener deseos constantes de pelear con las demás personas, llegar a tener comportamientos para provocarlos, comenzar una discusión de la nada o por algo insignificante, o estar frustrada por que los demás no responden o actúan como tú deseabas.
Y así comienza el círculo vicioso, ya que se presentan grandes sentimientos de culpa, vergüenza y desesperación, lo que genera una gran ansiedad. Y si esta ansiedad no disminuye o desaparece paulatinamente, se acumula y hace que se intensifiquen el resto de los síntomas.
Si tienes enojo, rabia, irritabilidad, furia o te sientes frustrada la mayor parte del tiempo, recuerda que no estás sola, que es un síntoma de la DPP, y que con el tratamiento adecuado, vas a salir adelante.
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