Ni un minuto más para despertar. Es ahora o nunca. Llegó el momento de hacer un alto en el camino para entender que solas, la posibilidad de crecer y convertirnos en mejores seres humanos es casi nula. Tenemos que aprender a mirarnos otra vez. A sentir que juntas podemos trascender. Si no entendemos que el hacer colectivo es lo de hoy, estaremos en desventaja para cumplir nuestras metas, en este mundo que por muchas razones se ha vuelto tan frío y tan indiferente. Estamos tan preocupadas por alcanzar nuestras propias metas, que se nos olvida muchas veces que compartidas saben mejor. Si dos cabezas piensan más que una, imagínense lo que podríamos hacer, si
Si nos proponemos luchar todas unidas por un mismo fin. No hay tiempo para retrasar este momento mágico. Tenemos que sacudirnos los egos, dejar de sentirnos más o menos que los demás. Hacer a un lado la percepción de que “nadie es capaz de hacer mejor que yo” tal o cuál cosa. Digamos adiós a la inseguridad, y aceptemos que el talento de cada una no resta, ni minimiza; al contrario, ¡suma!, y de eso se trata la vida, de sumar, de aportar, de colaborar, de valorar la capacidad de unas y otras para enriquecer nuestro entorno y heredar a las nuevas generaciones un mundo mejor. Llegó la hora de contagiar los unos a los otros la alegría de vivir. Es momento de cambiar de chip y dejar atrás todos los viejos patrones que sólo nos dejan miedo y frustración.
Comentarios