Aprender a resolver conflictos nos ayuda a reducir la tensión y a construir relaciones más fuertes. He aquí unos pasos para que empieces hacerlo:
- Recuerda el conflicto es natural. Ni bueno ni malo, simplemente es.
- Sacar a luz el conflicto no quiere decir ser brusco. Reconocer que existe es el primer paso para resolverlo.
- Reconoce lo que necesitas, no lo que quieres. Las necesidades son más fundamentales y menos específicas para la situación.
- Ve más allá de la ansiedad y frustración, para poder concentrarte en tus necesidades. Primero, libérate de la tensión. Respira, enfríate, si sueltas el enojo lo más probable será que estés más en tu centro.
- Haz una cita con la persona que tienes el conflicto, escoge un lugar donde no los interrumpan y puedan trabajar juntos el conflicto
- Inicia con una apertura positiva. Dile lo que valoras de la relación, siempre es bueno hacer referencia de una experiencia positiva del pasado.
- Escucha y procura no reaccionar. Puede ser que la persona que tienes enfrente no sepa como expresarse.. paciencia!!!
- Pregúntale qué necesita. Mantén la conversación centrada en las necesidades, no en lo que hiciste o deberías haber hecho. Que el otro no te saque de tu centro… sólo escucha con respeto.
- Dile que necesitas tú con toda la sinceridad y claridad que te sea posible… sin caer en el hábito de echarle la culpa.
- Juntos, pensar en las cosas que podrían hacer cada uno para satisfacer las necesidades, las de la otra persona y las de la relación.
- Realizar un plan, dando un paso a la vez. La resolución de conflictos es un proceso de descubrimiento… hay que tener paciencia.
- Consulta con la persona de vez en cuando para ver cómo va.
Aprender a resolver conflictos de manera efectiva requiere de valor, cuando lo damos podemos recurrir a nuestras cualidades de conversación, empatía y tender puentes donde antes había barreras.
BRILLA SIEMPRE
MEG
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