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Todos arrastramos Bloqueos Emocionales que nos conducen a sufrir "innecesariamente" durante buena parte de nuestra vida, repitiendo patrones vivenciales.

Los bloqueos emocionales nos afectan tanto a nivel emocional como a nivel físico, estando en el origen de multitud de enfermedades. Basta entender que cada emoción vibra con una determinada frecuencia energética, para darnos cuenta que hay un órgano, o un lugar específico en el cuerpo en el que resuena con mayor intensidad. Es precisamente en ese lugar, donde se abre la puerta a la aparición de enfermedades.

Entendiendo los bloqueos emocionales como lo que realmente son, energía, únicamente tenemos dos caminos para deshacernos de ellos:

1. El primero consiste en amplificar esa energía hasta que finalmente se acabe disolviendo, del mismo modo que en el tratamiento de las piedras del riñón. Ese camino nos lleva habitualmente a identificar el recuerdo del origen del trauma, a sentir intensamente esa emoción, a vibrar con mayor intensidad con la emoción o emociones que realmente deseamos liberar, a sufrir durante el proceso, o lo que es lo mismo, a "buscar en la basura". El mejor símil que podemos poner es inflar un globo. Este proceso nos lleva a inflarlo hasta que realmente acaba explotando.
2. El segundo camino nos lleva por generar la energía opuesta a la del bloqueo que queremos liberar. Al hacerlo, no tan solo no estaremos sufriendo, sino que se trata de un proceso muy rápido. No es preciso conocer el origen ni el por qué tenemos arrastramos ese bloqueo. Basta con generar la energía que cuando se junte con la que realmente queremos liberar, generen una suma cero. Con el símil del globo, estaríamos aflojando la boquilla para dejar salir el aire.

El problema del primer camino es que se trata de un proceso doloroso, y nunca sabemos hasta qué punto debemos seguir amplificando hasta que llegue el momento en que se disuelva. Además, si por el camino dejamos de inflar el globo, nos quedamos con un problema mayor al que teníamos al inicio.

Tradicionalmente hemos sido guiados por terapias que siguen el primer camino. De hecho, es el camino más habitual, pero también el más doloroso y lento. Ese es el motivo por el que nos cuesta deshacernos de nuestros bloqueos emocionales, porque estamos siguiendo un camino largo, lento y tortuoso, cuando en realidad tenemos autopistas que nos permiten llegar de un modo mucho más rápido.

Ricardo Eiriz

www.metodointegra.com

www.eiriz.com