Mi felicidad no depende ni de ti, ni de nadie ni nada externo a mí mismo. Mi felicidad depende exclusivamente de mí.
Pensar que mi felicidad depende de algo más, de alguna persona, objeto, o circunstancia, es una trampa del propio ego. Es el resultado de un apego excesivo que traslada parte de mi responsabilidad hacia los demás, y que me lleva a una vida de búsqueda infinita de momentos de placer. Me lleva a filtrar cada momento en base a mis expectativas, no disfrutando de todos y cada uno de los instantes que se me presentan.
La felicidad es un estado del ser. Todo lo que necesitamos para ser felices ya lo tenemos. Cuanto más buscas la felicidad fuera de ti, más te alejas de ella.
Tu felicidad depende exclusivamente de ti.
Debemos marcarnos el objetivo de ser felices, pero también debemos saber dónde hay que buscar esa felicidad: dentro de nosotros mismos.
La felicidad ya la tienes, es individual, tiene que ver con tu vida, no la encontrarás en otras personas, objetos, relaciones, etc.
A medida que cada uno se ocupa de su propia felicidad aumentamos el nivel de felicidad de la sociedad, y por ende, la vibración del planeta.
Aplazar la felicidad para el futuro, esperando que una cosa o situación que aún no tienes te haga más feliz, significa renunciar a disfrutar de una buena parte de tu vida, especialmente lo único que existe, el momento presente.
Vivir en el momento presente, disfrutando de cada instante. Tener objetivos, metas, deseos, etc. que nos permitan tener ilusión por levantarnos cada mañana. Sabernos relacionar con los demás, y transmitirles toda nuestra valía… Son algunas de las virtudes que nos llevarán a alcanzar ese estado de felicidad interior, ese estado del ser.
Disfruta viviendo como el creador que realmente eres de tu propia felicidad.
Ricardo Eiriz
Autor entre otros libros de Un Curso de Felicidad, Editorial Sirio
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