En un mundo donde el coeficiente intelectual (IQ) solía ser la medida del éxito, hoy sabemos que hay algo aún más poderoso: la inteligencia emocional (IE). Estudios de Harvard y Stanford revelan que el 85% del éxito profesional y personal depende
En un mundo donde el coeficiente intelectual (IQ) solía ser la medida del éxito, hoy sabemos que hay algo aún más poderoso: la inteligencia emocional (IE). Estudios de Harvard y Stanford revelan que el 85% del éxito profesional y personal depende