Sentir gratitud por todo lo bueno, e incluso lo no tan bueno, que la vida y las personas nos dan, es algo que nos hace vibrar en una frecuencia energética elevada. Es algo que nos permite situarnos en un nivel de conciencia elevado.
Sentir gratitud nos hace más fuertes y nos lleva a desarrollar una mayor inteligencia y control emocional.
Por el contrario, cuando hacemos las cosas buscando, o incluso necesitando, la gratitud de los demás, estamos desarrollando unas cualidades y valores de baja vibración energética. Estamos renunciando a parte de nuestro poder personal, poniendo en manos de los demás (de aquellos de quienes esperamos la gratitud) nuestro bienestar y nuestra propia felicidad.
Aquellos que hacen las cosas buscando que los demás les muestren su agradecimiento, no actúan desde el corazón ni desde la coherencia interior. Actúan desde el intercambio, como si todo lo que hicieran fuera una transacción comercial, el pago de la cual es la gratitud.
Una madre que continuamente busca que sus hijos le agradezcan lo que hace por ellos, no actúa desde el corazón. Un hombre o una mujer que continuamente busca que su pareja esté agradecida por lo que se esfuerza para traer bienestar económico a la familia, no lo hace desde el corazón. Un maestro que continuamente busca reconocimiento, gratitud o incluso adoración por parte de sus discípulos, no actúa desde el corazón…
Aquel que actúa desde el corazón no busca nada en los demás. Hace lo que hace sin necesitar el reconocimiento en forma de gratitud por parte de los otros. Lo hace porque se siente bien haciéndolo, porque es lo que debe hacer, porque le genera coherencia y equilibrio interior.
Ser agradecidos desde el corazón, es una fortaleza.
Necesitar la gratitud de los demás, es una debilidad.
Seamos agradecidos y disfrutemos de todo lo que hacemos con coherencia, ya que buscar la gratitud en los demás, nos hace más débiles y nos puede llevar a sacar lo peor de nosotros mismos.
Ricardo Eiriz
Comentarios
Si, hacer el bien sin mirar a quién, sin conveniencia. Efectivamente de todo corazón.
EMPEZAR A DAR GRACIAS DESDE QUE AMANECE EL DÍA. QUIEN AGRADECE VIVE Y ACTUA MUY FELIZ
CLARO, DAR GRACIAS SIEMPRE EN TODO MOMENTO.