Uno no puede esperar cambios de las demás personas. Entonces, como eso no es posible, yo te convoco para que tú puedas analizar cuáles son tus limitaciones sin tener vergüenza, porque todos las tenemos, algunos quizás en mayor grado que otros, pero no existe la persona a la cual solamente le adornen virtudes o fortalezas. En algún sector o en algún área, conocida u oculta, esa persona tendrá algunas debilidades y esas debilidades las tendrá que conocer y las tendrá que transformar.
Ahora, es posible que no te sea tan sencillo descubrir cuáles son tus zonas débiles. Por qué? Por una sencilla razón: nosotros nos defendemos frente a eso. Pero sin embargo, yo te aconsejo que no abandones tu esfuerzo por ello. Porque en el camino hacia el encuentro con lo mejor de tu persona, llegarás sin duda al borde de precipicios que no estaban en tu mapa y a la tentación de abordar atajos, con el pensamiento que quizás haya otras formas menos dolorosas o menos penosas de conocer tus dificultades. Pero… yo te aconsejo que no te dejes deslumbrar por esas posibilidades. Y sabes por qué? Porque esos atajos en realidad siempre conducen a lugares ciegos, conducen a lugares sin salida, conducen a esas encrucijadas de la vida en la cual no existe luego el modo de escapar.
Entonces, piensa por un instante cuál ha sido el resultado de tratar de actuar de esa manera, buscando siempre atajos sin terminar de aceptar nunca nuestra realidad. Qué es lo que has avanzado? O en qué medida tu conducta trajo bienestar a tu vida? Son preguntas básicas, son preguntas nucleares, son preguntas centrales que nosotros tenemos que hacernos.
Cuantas veces nos hemos tapado los ojos para no ver una realidad que nos estaba golpeando día a día, creyendo nosotros que por alguna circunstancia esto iba a cambiar, por alguna circunstancia esto se podría modificar. Y sin embargo no es así, porque las cosas por sí solas, jamás se corrigen en la medida que nosotros no trabajamos duramente sobre, fundamentalmente, nuestra ACTITUD, frente a esos sucesos que nos tienen como protagonistas.
Entonces, recuerda por un instante, todas esas veces que tú dejaste pasar situaciones que no eran para dejar pasar, con el pensamiento de que por sí solas, o por gracia de la magia, esto iba a cambiar, con lo cual tu vida iba a ser mejor. El tiempo pasó, hoy puedes mirar retrospectivamente aquellas debilidades, en definitiva, que pudiste tener y te das cuenta de que nada cambió y que únicamente las cosas pueden cambiar en la medida que tú te lo propongas y en la medida que tú recorras esos caminos de fuego que tiene la vida de cada ser humano, para poder darte cuenta dónde están tus problemas, donde están tus limitaciones y también cuáles son los puntos más fuertes de tu vida.
Quizá esos atajos que posiblemente tú te hayas visto deslumbrado por recorrer, fueron fuente de algunas gratificaciones inmediatas o fugaces, pero que rápidamente te hicieron caer otra vez en la desesperanza y en la desorientación respecto a tu presente y tu futuro, cuando un nuevo episodio te decepcionaba frente a lo que tú esperabas que podía ser un cambio radical o un cambio sustancial en tu vida.
Sin embargo, al intentar recorrer un camino nuevo o desconocido, allí uno tiene que estar dispuesto a aprender. Y el hecho de romper con antiguos patrones de conducta, lo que va a hacer es favorecer la creación y la adopción de otros nuevos.
Cuando se empiezan a formar grietas en la estructura de nuestros hábitos, allí comienza a filtrarse la luz.
Nadie es impermeable a nada que le pase en la vida. Y cuando esa forma habitual de vida pasa por un período largo o corto, de confusión, períodos críticos, períodos difíciles, es el momento más adecuado para realizar un profundo análisis de nuestra vida, pero sobre todas las cosas, de nuestra forma de entender el mundo y preguntarse y responderse ¿por qué no me permito determinadas cosas? Si no lo siento, bueno, allí tengo la respuesta. No me lo permito porque no lo siento. Ahora, si lo siento y lo oculto y lo siento o lo reprimo, alguna razón tiene que haber. ¿Me estoy manejando con los parámetros que siempre me manejé y que me llevaron en definitiva, a esta situación de crisis personal por la que hoy puedo estar pasando?
Y generalmente el mensaje nos dice que tenemos que abandonar ciertas costumbres o ciertos hábitos.
Podemos preguntarnos: ¿por qué es tan difícil cambiar nuestra actitud frente a la vida? ¿Qué tipo de resistencias manifiestas u ocultas actúan sumiéndonos en la más absoluta inoperancia, obstaculizando nuestro deseo de ampliar el horizonte?
Y el gran peligro es que “a vivir mal también uno se acostumbra”. ¿Qué quiere decir esto? Esto significa que en la medida que no tenemos el coraje y la valentía de introducir cambios que nos protejan de las agresiones exteriores, el estilo de vida deficitario lo incorporamos como lo “normal” de nuestra vida cotidiana, perdiendo totalmente la perspectiva de cómo podríamos vivir, si fuéramos capaces de mover aunque más no sea algunas piezas del escenario donde se desarrolla nuestra existencia.
Créeme que por ese camino no encontraremos nunca la armonía, la paz espiritual y el equilibrio que tanto necesitamos.
¿Estás satisfecho con tu vida? ¿Quieres seguir así para siempre? Si quieres resultados diferentes, tú también tendrás que serlo. ¡Diseña una nueva imagen de ti! ¡No esperes a mañana! ¡Hoy es tu gran día! ¡No dejes pasar esta oportunidad!
Dr. Walter Dresel
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