Sin lugar a dudas, las diferencias de opinión y formas de actuar entre los seres humanos, es la principal causa de discusiones, conflictos y problemas. Estoy segura de que todos los días te enfrentas con personas a tu alrededor que piensan y actúan de forma muy diferente a la tuya.
En un mundo globalizado, en donde las redes sociales nos mantienen comunicados las 24 horas del día, vemos cada vez con más frecuencia situaciones de enojo y confrontación de ideas, posturas, creencias y convicciones de grupos que experimentan insatisfacción y rivalidades que tienen consecuencias físicas y emocionales en la sociedad.
Ahora bien, ¿qué significa ser tolerante?. No es sinónimo de aguantar, a quienes son diferentes a nosotros. Tampoco quiere decir que debamos aceptar algo que interfiera con nuestras convicciones.
La tolerancia se refiere a aprender a reconocer y respetar las diferencias que nos identifican, es la actitud de comprender sin enjuiciar. Podemos definirla como el respeto y consideración hacia las opiniones o prácticas de los demás, aunque sean diferentes de las nuestras.
Sino logramos esto, estamos hablando de intolerancia, que se presenta cuando no podemos o no queremos aceptar que no todos piensan igual que nosotros. Es muy fácil ser intolerante en nuestra familia, en el trabajo, con los amigos o no tan amigos.
Es importante aclarar que por supuesto que existen comportamientos intolerantes ante los caules tenemos que reaccionar. No podemos tolerar los asesinatos, las violaciones, la corrupción, la mentira o el robo, ya que estas interfieren con nuestra paz, sana convivencia y seguridad.
Me gustaría profundizar en la familia. Siempre existirán diferencias de opinión, ya que aunque parientes, somos diferentes en temperamento, carácter y circunstancias. Es triste observar que los peores pleitos y faltas de respeto se presentan muchas veces dentro del núcleo familiar.
El ritmo de la vida actual no siempre facilita que los miembros de la familia dialoguen, escuchen y se respeten. Las preocupaciones diarias del trabajo, el ambiente negativo en la sociedad y la cultura de la inmediatez hacen mucho más difícil la convivencia.
Comparto contigo algunos consejos para promover un entorno familiar tolerante, papás e hjos:
1. Dialogar y hacerlo con escucha activa, es decir abrirse a lo que el otro quiere decirnos y no lo que queremos o nos conviene escuchar.
2. Respetarse y hacerse respetar: sucede que como son las personas a quien más confianza les tenemos, son a las primeras que no respetamos.
3. Aceptar las diferencias de opinión: aunque seamos familia y vivamos juntos, cada quien puede tener diferentes opiniones.
4. Entender los límites para evitar el permisivismo o el autoritarismo. Es es muy importante ya que los padres deben establecer reglas y límites y los hijos seguirlas, para que se desarrolle una convivencia sana y en armonía.
5. Cultivar la virtud de la fortaleza, se trata de tener siempre paciencia con los demás y además perseverante para vencer las dificultades matrimoniales y familiares.
Te invito a reflexionar ¿que tan tolerante eres con aquellas personas que piensan o actúan de forma diferente a la tuya? En tu familia, ¿qué tanto aceptas a todos por igual?
El practicar y promover la tolerancia en tu vida hará que tus relaciones con los demás mejoren y que sean más profundas.
LUCIA LEGORRETA DE CERVANTES. Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.
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