En ocasiones a quienes más decimos amar tratamos peor. Una de las formas de maltrato más sutiles es a través del lenguaje. Nos comunicamos con frecuencia de una forma que hiere, que somete, que manipula, que insulta, y todo eso lejos de comunicar, aleja a las personas supuestamente más valoradas .
Hay un método que cada vez tiene más seguidores en el mundo, enfocado en la paz y el respeto a las relaciones interpersonales que se llama Comunicación No Violenta. Por sus siglas CNV. Lo inició Marshall Rosenberg y persigue el diálogo empático a través del contacto con los sentimientos y las necesidades propias y con las de los demás.
Para comunicarnos eficiente y amorosamente aquí te damos algunas pautas del MODELO DE COMUNICACIÓN NO VIOLENTA que te pueden servir, especialmente si hay que hablar cosas que suelen resultar ríspidas:
- Observar lo que hacen o dicen los demás de forma realista y sin ningún juicio.
- Identificar los sentimientosque el hecho observado nos provoca (Rosenberg incluye en sus libros un anexo con todos estos sentimientos).
- Identificar qué necesidades no satisfechas se ocultan detrás de estos sentimientos y expresarlas de forma adecuada.
- Hacer una petición encaminada a conseguir la satisfacción de una necesidad genuina.
Estos pasos no son fáciles de dar porque muchas veces no podemos identificar bien los sentimientos y mucho menos las necesidades no satisfechas que están detrás, sin interponer crítica y juicios. Algunas de las necesidades que los seres humanos tenemos se pueden clasificar en categorías: seguridad, autonomía, sentido de logro, conexión, tranquilidad, etc. En otra entrega te platico sobre ellas. Mientras tanto puedes reflexionar, al igual que yo, en la forma en que nos estamos comunicando y si obtenemos realmente lo que queremos a través de nuestros diálogos con las personas más queridas.
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