Vaya por delante que en el año 2009 tomé la decisión de cambiar mi profesión por la de "SER FELIZ", y por supuesto, ser coherente con esa decisión.
A partir de ese momento, y durante bastante tiempo, cuando se me preguntaba a qué me dedicaba, o a qué dedicaba mi tiempo, respondía que a cosas que me hacían feliz. Pero estaba en un error.
Con el tiempo he sido consciente que partiendo de una concepción de felicidad en la que esta no es una emoción, sino un estado interior de equilibrio, paz, satisfacción, bienestar, etc., que no depende de las circunstancias externas, no hay actividades que me hagan feliz, sino actividades que me permiten desarrollar o mantenerme en ese estado de equilibrio interior.
Ahora, cuando me preguntan a qué me dedico, respondo que únicamente a cosas que me permiten ser coherente conmigo mismo, que me permiten mantener el equilibrio entre lo que pienso, hago, digo y siento.
Te invito a hacer lo mismo, y a comprobar lo bien que sienta. Pero te advierto, cuando lo experimentas, ya no hay vuelta atrás.
Ricardo Eiriz
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