En este breve artículo, hablamos de las tres formas de usar los AE: por inhalación, por ingestión y por uso tópico.
Por inhalación
El uso más generalizado y antiguo de los AE es la olfacción mediante la aspiración directa de los aromas. A través del sentido del olfato se percibe 10,000 veces más que cualquiera de los otros y es el único que se proyecta directo al sistema límbico, cuando se huele algo no se piensa sólo se reacciona. El estímulo al olor en el sistema límbico libera neurotransmisores y algunos de ellos son los siguientes: dopamina asociada con sensaciones placenteras, participa en múltiples funciones cerebrales como el aprendizaje y la memoria, la motivación y la recompensa; serotonina la cual se cree que ayuda a regular el estado de ánimo, el apetito, la digestión, el sueño, la memoria y la función sexual; endorfinas muy importantes ya que reducen los dolores, producen sensaciones eufóricas agradables y crean estados de bienestar, producen un estado de alegría y estimulan el deseo sexual. Hay que tomar en cuenta que cuando inhalamos, además de estimular los receptores olfativos situados en la parte superior de la cavidad nasal, parte de las moléculas aromáticas dispersas en el aire viajan por el tracto respiratorio para llegar a los pulmones y de ahí pasar a la sangre y alcanzar a las células del cuerpo.
Por ingestión
En la actualidad hay una discusión sobre ingerir o no los AE empleados como fitoactivos en preparaciones galénicas, la prescripción de este uso está reservada a personas certificadas en medicina aromática y no es recomendable para personas que aun con buenas intenciones desconocen los riesgos de ingerir un AE y cómo lo metabolizará el cuerpo. De hecho, las asociaciones de profesionales en aromaterapia, como la IFPA (International Federation of Professional Aromatherapists) del Reino Unido y la NAHA (National Association for Holistic Aromatherapy) de los Estados Unidos de América por mencionar las más conocidas, no recomiendan la ingesta de AE 100% puros y sin diluir. Sin embargo, recientemente se han preparado algunos AE en los cuales están presentes las moléculas aromáticas hidrosolubles y pueden ser ingeridas sin riesgo. Estas preparaciones van encaminadas a aprovechar las bondades de los AE y transmitirlas al cuerpo a nivel vibracional. La manera tradicional de beneficiarse de los aromas es tomar infusiones –tés– de hierbas aromáticas e incluirlas en la preparación de alimentos.
Por uso tópico a través de la piel
Por la fina constitución orgánica de sus moléculas, los AE se absorben mediante la piel hasta llegar al torrente sanguíneo para llevar sus efectos a todo el organismo a la vez que van reforzando los tejidos y la salud de la piel, al eliminar los gérmenes y bacterias nocivas. Cuando el cuerpo recibe los AE los efectos tanto fisiológicos como psicológicos son asombrosos, al aplicarlos actúan en las terminales nerviosas del cuerpo, al mismo tiempo producen calma y estimulan el flujo energético que alivia la tensión, eliminan toxinas y coadyuvan a crear tejidos más sanos, disminuyen el proceso de envejecimiento de la piel ya que favorecen la regeneración celular. Los AE penetran en la piel hasta el sistema circulatorio, por lo que su aplicación externa es muy eficiente para tratar algunos órganos y afecciones específicas. Actúan como reguladores y equilibradores e impiden los efectos negativos de un ambiente físico y mental adverso, fortalecen el sistema inmunológico del organismo promoviendo la autocuración; además tienen la particularidad de oxigenar las células desde su núcleo, lo cual permite un estado de salud más pleno.
Respirar es vivir
Al respirar inhalamos y la inhalación de los AE es muy efectiva pues además de descontaminar y enriquecer el aire, influyen en las energías sutiles del cuerpo y el estado de ánimo, también pueden ser parte de un tratamiento de sanación a diferentes dolencias físicas y emocionales; basta con tener un frasquito de AE en la mano para crear un ambiente agradable y reconfortante:
- Verter dos gotas en la palma de las manos frotarlas y aspirar el aroma, se sentirá el cambio.
- En un difusor eléctrico agregar unas gotas de AE y usarlo en oficinas, consultorios, salas de clase; se mejorará la calidad del aire y se creará bienestar a las personas.
- En el dormitorio o cuartos pequeños se puede usar un difusor o sahumerio de calor con vela o eléctrico, sobre el plato colocar un poquito de agua y cinco gotas de AE.
- En un frasco con atomizador colocar agua y unas gotas de AE, agitar y asperjar creando un ambiente fresco y fragante.
- Colocar dos gotas de AE sobre un pañuelo de tela o papel y aspirar su aroma.
- Rellenar de algodón una bolsita de tela, agregar de 5-10 gotas de AE según su tamaño y guardarla en los cajones de la ropa.
- Colocar tres o cuatro gotas de AE sobre un litro de agua recién hervida e inhalar el vapor cubriendo la cabeza con una toalla.
- Hervir dos litros de agua y agregar 15 gotas de AE, así se creará un ambiente cálido y acogedor en tu hogar.
Fragmentos del libro “Aromaterapia en el universo de los aceites esenciales” de Conie Bastar
El libro se puede adquirir impreso en el Instituto Mexicano de Aromaterapia S.C., en Amazon y Mercado Libre, y en formato digital se puede encontrar en las principales plataformas digitales de ventas de libros.
Comentarios