Muchas veces somos cómplices y no víctimas en las relaciones, ya que no nos valoramos y no nos responsabilizamos por nuestros actos y decisiones y permitimos muchas cosas que nos hieren. Cuando la pareja no valora lo que somos... debemos decidir si vale la pena continuar a su lado o no. Cuántas mujeres permiten ser menospreciadas por no tomar las riendas de su vida, o porque las mantengan, o por no responsabilizarse de si mismas, o por tantas otras razones que permiten todo tipo de atropellos, faltas de respeto y violencia. Lo más triste es que van perdiendo la autoestima, hasta convertirse en alguien muy distante a lo que realmente podrían ser.
Antes de amar, debemos aprender a amarnos. Debemos enfocarnos en lo que realmente deseamos y no sólo en lo que los demás desean. Si nos respetamos y valoramos nos van a valorar y respetar.
Todo esto lo sabemos, pero lo olvidamos consciente o inconscientemente.
Aceptemos sólo personas que siempre saquen lo mejor que tenemos y nos impulsen a crecer. Que le sumen y no le resten a nuestra vida y la hagan más grande y no más pequeña. Siempre recuerda que eres una persona valiosa que merece ser feliz y no te aferres a estar al lado de quienes no valoran tenerte a su lado, ya que la herida será cada vez más profunda y dolorosa y puedes quedar herida de muerte.
No se nos olvide que siempre podemos decidir y eso nos permite controlar nuestra vida... no es cuestión de suerte, buena o mala. Depende de la precisión de nuestras decisiones. El bienestar personal es responsabilidad propia y si atraemos a personas positivas vamos a alimentar nuestra autoestima, y seremos más inteligentes al tomar decisiones.
Aprendamos a cuestionarnos y a analizar las ventajas y desventajas antes de decidir quedarnos al lado de alguien. Si logramos aprender a disfrutarnos y a crecer, las decisiones serán más certeras. No perdamos nuestro valioso tiempo con personas que nos roban la energía y la felicidad.
No insistamos en estar con esas personas que pasan por alto nuestro valor… estamos perdiendo el tiempo y estamos construyendo en un terreno inseguro. Sigamos nuestros instintos y hagamos caso a nuestro cuerpo: Si sientes miedo, enojo, frustración, tristeza, soledad o cualquier otro sentimiento negativo es porque esa persona no es buena para ti. ¡Escucha a tu cuerpo! Date la oportunidad y abre la mente y los brazos para conocer gente nueva que seguramente te valorará y respetará como mereces. Como dice el dicho ¨Equivocarse es de humanos y rectificar es de sabios¨, así que más vale rectificar para poder elegir con responsabilidad y con los pies y la cabeza bien plantados en la tierra a las personas que estarán a tu lado. Los errores son la mejor lección para aprender y crecer.
Las personas no nacen para perderse a sí mismas por querer a otra persona. ¡Nacen para querer, pero también para ser queridas, respetadas y valoradas! Dale valor a quien realmente valga la pena y se lo merezca.
Nunca es tarde para darte cuenta que mereces a alguien mejor que enriquezca tu vida.
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