La inteligencia emocional es la capacidad de procesar y dirigir con éxito nuestras emociones. Es la capacidad para identificar, entender y manejar las emociones correctamente. Antes de intentar adivinar los sentimientos y pensamientos de los demás es fundamental que aprendamos a reconocer los nuestros para saber cómo reaccionaremos ante cada situación y evitar el riesgo de la depresión, la violencia, los trastornos alimentarios o las drogas.
Si sabemos cómo manejar nuestra inteligencia emocional, nuestro desempeño profesional y nuestras relaciones familiares y afectivas serán mucho más sólidas y duraderas, así como nuestra relación con el bienestar emocional, la autoestima y el estado de ánimo positivo. Miraremos la vida con más optimismo y felicidad y nos enfocaremos en las soluciones de problemas.
Se trata de descubrir nuestros talentos o nuestras capacidades, para poder utilizarlas correctamente.
En una palabra, tenemos que aprender a controlar nuestras emociones, y evitar que éstas nos dominen, para poder cumplir con éxito todos y cada uno de nuestros objetivos y metas.
Controlar sí, pero desechar no; porque sin sentimientos no es posible muchas veces tomar la mejor decisión. El secreto está entonces en encontrar la dosis exacta de razón y de emoción.
Las personas debemos entender con una gran claridad lo mucho que puede beneficiarnos el estar conscientes de nuestra inteligencia emocional. Si lo conseguimos, no hay duda de que nuestra aportación a nuestro entorno profesional, será mucho más fructífera, y nuestras relaciones humanas a nivel personal, alcanzarán la armonía que tanto anhelamos.
¡Si están decididas a tomar las riendas de sus vidas, trabajen mucho su inteligencia emocional y no se van a arrepentir!.
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