Publicado por Lore Elorza el 10 de Noviembre de 2009 a las 10:16am
Todos queremos cambiar el mundo, ese es nuestro gran objetivo, pretendemos cambiar a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros padres y en algunas pocas ocasiones cambiarnos a nosotros mismos. Sin embargo lo único que podemos hacer por el mundo y por todos y cada uno de los que habitan en él es estar en paz con nosotros mismos.La manera como nos percibimos y nos relacionamos con nosotros mismos está determinado por la manera como percibimos y nos relacionamos con las demás personas. Cuando juzgamos a otro por su forma de ser, de actuar o de pensar es el espejo de lo que realmente somos, actuamos o pensamos.Las palabras despectivas que más utilizamos para agredir verbalmente a alguien, por lo general son las palabras que más nos hieren cuando alguien más nos las dice. En el mundo solo existe una persona que está bien en todos los aspectos, los demás están equivocados o tienen errores. Esa persona que es “perfecta” es cada uno de nosotros, el resto del mundo está detrás.Si juzgas a otros envías mensajes a tu inconsciente de que eres culpable. La absolución no perdona los pecados, porque los pecados son culpas creadas en el subconsciente. Cuando perdonamos lo hacemos no porque la otra persona haya hecho algo y merece nuestro favor, sino porque no ha cometido nada, fue nuestra mente la que interpretó su actuar según su culpa.El YO es una gran ilusión de nuestra mente, cuando doblegamos nuestro Yo y nos desprendemos de todo lo que lo fortalece y logramos volcar todas las energías del universo a nuestro favor. Desprenderse de todo, incluso del deseo primario y animal que todos llevamos dentro nos permite liberarnos y alcanzar el equilibro.Cuando te sometes a las situaciones y las dejas fluir en su naturaleza, ellas terminan por estar de tu lado. Debes ser sumiso, dominar tu ego, no apegarse a las cosas que nos causan deterioro. El egocentrismo es la máxima razón de la infelicidad. Todas las preocupaciones sobre nosotros y nuestra vida se resumen en: alabanza y culpa, perdida y logro, placer y dolor y reputación y vergüenza, todas ellas son la base de un actuar egocéntrico.Todos podemos conocer a Dios y conocer el amor, podemos dejar de ser víctimas de las circunstancias, podemos crecer con el dolor o con el entendimiento. El sufrimiento no es el precio que debamos pagar para ser feliz. Dios quiere que seamos personas sabias e inteligente, que seamos capaces de discernir y tengamos la madurez necesaria para actuar.La felicidad es una verdad absoluta y es una decisión que procede de la perspectiva que se tiene de la vida. El mundo que experimentamos externa o internamente es un reflejo de cómo hemos sido.. Para ser feliz se le debe dar sentido al sufrimiento.Para ser feliz un día puedes irte de compras, pero no dura y luego llegan las cuentas; para ser feliz un fin de semana puedes irte de pesca o al campo; para ser feliz un mes puedes irte de vacaciones a Australia o a Grecia; para ser feliz un año puedes heredar una fortuna pero si desea ser feliz para toda la vida debes ayudar a los demás y dar las gracias por todo lo que tienes y tendrás.Si quieres saber lo que eras antes, mira dónde te encuentras ahora. Según lo que tu quieras ser en el futuro debes fijarte lo que haces y dónde estas en este momento, debes reestructurar tu patrón de pensamiento. Lo importante no es llegar al final del viaje sino disfrutarlo.La gente no fracasa porque quiere fracasar, fracasa porque no sabe triunfar, no le enseñaron a triunfar, y para triunfar hay que tener un plan y ese plan solo se logra entrando en el aula del silencio, debemos escuchar nuestros propios pensamientos y tomar acción en el ahora.Cuando la conciencia cambia se pueden afectar las situaciones de un modo que no se imagina, somos parte de la creación, somos las lámparas y Dios es la energía, no podemos separarnos de Él, y Él solo puede actuar a través de nosotros.Lorena Panessowww.mentesmillonarias.es.tlwww.mentesmillonarias.ning.com
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