Si tú hicieras mentalmente una lista de las personas que tienen un significado importante en tu vida ¿estarías tú en la lista? Y suponiendo que así fuera ¿en qué lugar te has colocado de esa lista? Y si ni siquiera lo pensaste en ponerte en esa lista ¿dónde te colocarías?
Y fíjate tú que muy probablemente estas preguntas nunca te las hayas hecho, porque quizás en nuestro fuero interno todos queremos ser el número uno en la lista de las personas significativas de nuestro entorno, pero deseamos que sean los demás que nos incluyan en esa lista, que nosotros seamos lo más importante para los otros. Y lo que tenemos que comprender que de ninguna manera es una actitud egoísta ni soberbia el querer estar en primer lugar en la lista personal, en esa que hacemos nosotros con respecto a los demás. Hacerlo no es otra cosa que un indicador de una buena autoestima. De una autoestima positiva. Y esto no tiene nada que ver con la importancia que las otras personas tienen en nuestra vida. Hay lugar para todos. Hay lugar para los demás, para que nosotros jerarquicemos la presencia de los demás pero también es imprescindible que nosotros ocupemos un lugar de preferencia, cosa que NO hacemos habitualmente en nuestra propia lista personal.
Y… todo lo contrario a creer que esto es una señal de egoísmo, esto enriquece tu visión del ser humano y evita que necesites buscar la aprobación de los demás para poder sentirte bien. Si tú te sientes bien contigo mismo, si tú estás conforme con tu manera de actuar, con tu manera de sentir y con tu manera de comunicar eso que sientes a los demás, ya no necesitarás de la aprobación de los otros. Aceptarás que hay gente que te quiere y que hay gente que no te quiere, y que hay un tercer grupo de personas a los cuales tu presencia o tu ausencia le es absolutamente indiferente. Entonces esa autoestima, que es un pilar tan importante para nuestro manejo en la vida, empieza desde las etapas más tempranas de la existencia. ¿Por qué? Porque el niño busca ver en el rostro paterno y materno, el amor, la seguridad y la aprobación. Cuando mamá o papá se sonríen, el niño se siente bien. Pero rápidamente, a medida que ese niño va creciendo, hay otras personas que entran a formar parte de ese mundo, las maestras, los compañeros, los padres de los otros niños, y cada vez se suman más caras a las que mirar buscando esa aprobación.
Todos los que tenemos la suerte de tener hijos, sabemos que cuando en la escuela había un Evento y entraban las distintas clases, todos podíamos observar cómo cada niño buscaba los ojos de su padre o de su madre en la búsqueda de la aprobación. Pero ¿aprobación en qué sentido? De que estaba bien en la formación de la clase, que estaba correctamente vestido, y esa alegría que trasuntaba la mirada y la sonrisa de ver que estaba acompañado en eso que para él o para ella era tan importante.
Y a medida que los niños van creciendo, y se convierten en adolescentes, comienzan también a considerar cómo son sus relaciones con los demás miembros de la familia. Y aquí juega un rol muy importante los comportamientos paternos y maternos. Los niños creen e incorporan todo lo que los adultos dicen. ¿Por qué? Porque pasan por una etapa, que es bastante larga, donde no tienen la capacidad de discernir los hechos de las opiniones. Si el niño recibe un mensaje negativo, inmediatamente lo incorpora como que él está actuando mal. Y este pensamiento que parecería un hecho banal y circunstancial en la vida de un niño, cuando se reitera en forma permanente, se va interiorizando como un hecho real y se convierte en parte de la propia imagen que el niño tiene de sí mismo. De la misma manera, cuando el niño es ignorado, o como cuando el niño es controlado excesivamente y lo premian solo cuando cumple con rígidas normas de conducta. Entonces, el tema de la autoestima no es un tema tan sencillo. No es que me pasó tal cosa y entonces hoy no creo en mí o no creo en mis pensamientos, sino que es una concepción de vida, que se va gestando desde etapas tempranas, donde todos los seres humanos somos sujetos pasivos porque no podemos intervenir ni podemos modificar nuestra presencia, nuestro entorno, la manera de actuar de nuestro entorno y tampoco podemos evitar que esa manera de actuar se introduzca en nuestra mente profundamente y quizás nos configure una pobre autoestima, que es también hoy una de las causas más frecuentes del fracaso escolar, de falta de motivación en las aspiraciones profesionales, de la inclinación al uso y al abuso del alcohol y de las drogas y muchas de las conductas violentas a las cuales hoy estamos asistiendo. Y el mejor currículum y la mejor de las actitudes que tiene el ser humano hoy, están íntimamente ligados al concepto que esa persona tiene de sí mismo. Entonces, la imagen que tú tienes de ti mismo, procede exclusivamente de tu interior. Y siempre es un desafío que tú escuches el mensaje que viene de tu interior.
Por lo tanto, de alguna manera, uno tiene que empezar por dialogar consigo mismo para ver cuál es el estado de los dos pilares fundamentales de la autoestima que son la confianza y el respeto por uno mismo y recordar que las experiencias del ayer, del tiempo pasado que vivimos, son alguna de ellas, piedras para todos nuestros mañanas. Las cosas negativas que hemos vivido, de alguna manera se configuran como muros a veces infranqueables para que nosotros podamos construir un proyecto distinto para nuestra vida.
Uno tiene que empezar a mirar hacia atrás y decir: tengo “x” cantidad de años, tengo una gran cantidad de cosas vividas, qué cosas de esa cantidad fueron positivas, qué cosas fueron negativas, en qué crecí, qué cosas aprendí, qué cosas puedo utilizar hoy para poder llegar al objetivo fundamental que es sentirme bien conmigo mismo.
Nunca un ser humano puede avanzar en la vida, en ningún área, en la medida que no esté en paz consigo mismo.
Dr. Walter Dresel
Comentarios