Aunque las traiciones y las infidelidades son actos profundos y dolorosos que pueden marcar a una pareja, no siempre son motivo suficiente para terminar la relación.
En muchos casos, la infidelidad puede verse no como la causa principal del rompimiento, sino como un síntoma de problemas subyacentes en la relación. Estas búsquedas fuera de la pareja a menudo reflejan que algo está roto en la dinámica conyugal, que ha sido ignorado o negado durante mucho tiempo. Es en este punto donde se hace evidente una crisis que ambos integrantes pueden haber pasado por alto. Por ello, es crucial mirar más allá de la traición en sí para entender qué es lo que realmente está sucediendo.
La fidelidad e infidelidad no son polos opuestos, sino dos caras de la misma moneda. Ambas surgen de las mismas dinámicas internas, deseos y conflictos inconscientes, aunque se manifiesten de maneras opuestas. Mientras una parte de la persona busca seguridad y estabilidad (fidelidad), otra puede desear la excitación, la novedad y la transgresión (infidelidad). Estos deseos coexisten en la mente y se expresan según la dinámica específica de la relación, la gestión de los deseos inconscientes y la moralidad de cada individuo.
Cuando una pareja acuerda una relación, ya sea legalmente o a través de un entendimiento mutuo, establecen un compromiso de exclusividad, lealtad y responsabilidad. Este contrato emocional define la relación de pareja frente a otras relaciones. Sin embargo, romper este contrato daña el vínculo creado, lastima la confianza mutua, y genera sufrimiento y decepción. A menudo, también despierta un deseo de venganza, como una forma de desahogar el dolor interior.
Entonces, surge la pregunta: ¿esta fractura parcial puede repararse o es una ruptura total e imperdonable?
La respuesta depende de cada pareja, ya que cada relación tiene su historia, características y condiciones únicas. No existen dos relaciones iguales, por más similares que parezcan.
Cuando una pareja decide separarse, generalmente es porque no hay posibilidad de perdón ni de diálogo, y la infidelidad se convierte en la salida de emergencia para no volver atrás.
Sin embargo, cuando una pareja decide quedarse, puede ser por varias razones:
- Reconstruir la relación: La crisis abre la posibilidad de diálogo, cambio y recuperación del compromiso inicial.
- Venganza perpetua: Permanecer juntos para hacer pagar eternamente el dolor causado, convirtiendo la relación en un calvario.
- Conservar el status quo: Mantener la imagen ante los hijos, la sociedad o no perder el nivel socioeconómico.
Las relaciones personales son complejas y no siempre pueden entenderse con lógica. Sin embargo, cuando una pareja decide mantener su relación y opta por una buena calidad de vida, es más fácil renegociar los acuerdos que no funcionan. Es importante entender que todo en esta vida puede negociarse cuando nadie corre riesgo real, hay interés, intención y se hace el esfuerzo adecuado.
La receta
Reconstruyó mis relaciones dañadas
Ingredientes:
- Honestidad:mantener relaciones auténticas y vivir sin cargas innecesarias.
- Empatía y compasión: comprender y escuchar sin juzgar y con atención.
- Flexibilidad: adaptarse a los cambios y necesidades sin perder la esencia.
- Reflexión: aprender y hacerse responsable de los errores propios.
- Respeto: valorar, ser valorado y no exigir que alguien tenga que cambiar.
- Valor: Para enfrentar la verdad, las diferencias etc.. incluso cuando sea difícil.
Afirmación Personal
"Todos somos responsables cuando se fractura una relación. Reconozco que ambos podemos identificar nuestras fallas y mejorar nuestros comportamientos. Soy consciente de que, para reconstruir una relación dañada, es necesario ser transparente y vivir con honestidad y compasión. Puedo revisar mis acciones, mis creencias y mejorar mi forma de ser con el fin de reconstruir y fortalecer tanto mi relación como mi bienestar. Tengo la fortaleza para luchar y sanar las heridas que ambos hemos ocasionado. Actúo con coherencia, respeto y justicia en todo momento. Reconozco que la venganza solo envenena mi alma, y que el interés por mantener una imagen puede opacar las ganas de vivir. Mis principios me guían y me recuerdan que las opiniones ajenas no me definen. Yo soy quien soy, mi pareja es quien es, y juntos podemos crear una tercera entidad donde ambos nos sintamos seguros, contentos y nos apoyemos mutuamente."
Como superar la infidelidad
1. Una infidelidad no debe ser el fin de una relación, sino el inicio de un diálogo más sincero y de una verdadera disposición al cambio. Este doloroso evento puede convertirse en una oportunidad para que la pareja examine sus dinámicas, se comunique con más honestidad y reconstruya su vínculo sobre bases más sólidas.
2. La historia de una pareja es privada y no debe ser resuelta en público. Al buscar consejos de amistades o familiares, la pareja corre el riesgo de recibir juicios que pueden no ser justos ni constructivos. Mantener las dificultades dentro de la relación y trabajar juntos es fundamental para una recuperación auténtica.
3. La venganza y el enojo solo crean dolor y sufrimiento. Sea cual sea la circunstancia, es crucial buscar términos sanos y positivos para sanar antes de destruir. Esto no solo permite vivir en paz, sino que también abre la posibilidad de mejorar la calidad de vida tanto individual como en pareja.
"Sanar no es olvidar, es aprender a construir sobre las cicatrices; el amor verdadero no se mide por la ausencia de errores, sino por la capacidad de reconstruir juntos."*Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2024 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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