Vivimos juntos…, comemos juntos…, dormimos juntos…, y ¡no nos comunicamos!
Los expertos aseguran que el principal problema entre los matrimonios de hoy en día es la falta de comunicación; incluso hay quien ha definido la comunicación como “todo un arte”.
Un arte porque supone entregarte al otro todos los días, entrar en contacto con alguien, penetrar en su mundo y que te conozca tal y como eres. Parece algo fácil, pero en realidad no lo es.
Las parejas de hoy nos enfrentamos a diversos retos para lograr que nuestra comunicación sea efectiva, entre los cuales se encuentran:
- Escuchar vs. oír: es común confundir el oír con el escuchar. Creer que comunicarse es simplemente un intercambio de palabras, ignorando que la escucha es la parte más difícil pero también la más importante cuando se quiere lograr una verdadera comunicación. Escuchar implica “prestar atención a lo que dice la otra persona, mostrar interés y hacer sentir al otro que es importante”.
- Apertura vs. individualismo: la comunicación en el matrimonio o con la pareja requiere apertura, es decir, “mostrarse uno al otro con sus sentimientos, pensamientos, expectativas, temores y anhelos”.
- Tiempo para los dos vs. activismo: buscar un tiempo a solas para dialogar sin interrupciones, para comentar lo que es importante para cada uno, y analizar lo que están haciendo bien y lo que necesitan mejorar, así como sus preocupaciones y proyectos.
- tivo vs. rutina: no quedarnos en una comunicación informativa, sino hablar desde nuestro interior; compartir los sentimientos más profundos y anhelos para así construir sobre bases sólidas un proyecto de vida en común que responda a las aspiraciones y valores de ambos.
- Confianza vs. temor: la comunicación verdadera implica compromiso y riesgo, por lo que debemos sentirnos aceptados, respetados y amados. Que sea la confianza quien domine nuestra relación, y no el miedo a ser rechazados o traicionados.
- Espíritu de lucha vs. conformismo: estar convencidos de que se pueden evitar o cambiar situaciones no deseadas teniendo claro a dónde se quiere llegar, actuando oportunamente y evitando conformarse con llevar la fiesta en paz. La felicidad en el matrimonio no se da en forma automática ni instantánea, es el resultado de un proceso que implica esfuerzo y compromiso.
- Intimidad vs. terceros: cuidar mucho la relación, construir un nosotros, evitando que terceras personas o circunstancias interfieran en la buena comunicación.
Recordemos que la comunicación, en el matrimonio, es un medio indispensable para lograr que los esposos se sientan entre sí, queridos, apoyados, tomados en cuenta y dispuestos a trabajar juntos, para crear así un ambiente positivo que favorezca tanto su propia felicidad, como el sano desarrollo de sus hijos.
LUCIA LEGORRETA DE CERVANTES. Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.
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