Seguramente has escuchado esta canción mexicana: no soy monedita de oro, para caerle bien a todos. Encierra una gran verdad: no puedes caerle bien a todo el mundo, debes aprender a que no te importe.
La verdadera libertad consiste en lograr ser feliz prescindiendo de la aprobación de los demás.
En su popular libro Atrévete a no gustar, el autor japonés Ichiro Kishimi recoge las conversaciones entre un joven insatisfecho y un filósofo que le enseña, entre otras cuestiones, el arte de no agradar a los demás, a no depender de la opinión de los demás sin sentirse por ello marginado.
En la actualidad, se ha convertido en una adicción generalizada. Podemos verlo claramente en las redes sociales, donde buscamos la aprobación de los demás mediante likes o comentarios.
Por naturaleza todos necesitamos del reconocimiento de los demás. El error es regir nuestros pensamientos y acciones dependiendo de lo que otras personas piensen u opinen. Intentar desesperadamente complacer a los demás para obtener su aprobación.
Aparece en nosotros un ansia de reconocimiento. Si el otro me da las gracias, si aprecia mi trabajo, si corresponde a mi favor con un acto amable, entonces me sentiré reconocido.
Si esto no sucede, lo interpreto como si yo no hubiera hecho nada, como si no existiera para el otro. Me siento inseguro y con baja autoestima.
Esta visión es un poderoso generador de problemas, ya que las relaciones nunca son totalmente simétricas. Hay personas que verbalizan de manera inmediata lo que sienten por nosotros, otras a las cuales les cuesta trabajo expresar gratitud o amor; o bien lo demuestran de otras formas.
Todas las opciones son correctas, siempre que nos liberemos de la ansiedad de tener una compensación inmediata y equitativa, como esa monedita de oro con la cual inmediatamente compramos algo.
Cuando deseamos tan intensamente que nos reconozcan, vivimos para satisfacer las expectativas de otros, y eso nos hace sentirnos insatisfechos, tristes y poco valorados.
Te invito a que no te importe caerle mal a algunas personas, es una realidad que sucede. Te sentirás más libre, tendrás paz mental, y mejores relaciones con los demás.
LUCIA LEGORRETA DE CERVANTES. Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.
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