Entre la alimentación y las emociones existe un vínculo muy complejo. Las emociones son ingredientes fundamentales de la vida. Las relacionamos con expresiones como: “ya no puedo tragar más” rechazando algo injusto o ingrato; “se me revuelve
Entre la alimentación y las emociones existe un vínculo muy complejo. Las emociones son ingredientes fundamentales de la vida. Las relacionamos con expresiones como: “ya no puedo tragar más” rechazando algo injusto o ingrato; “se me revuelve