Cuando te propones cumplir con tus tareas, ¿qué tanta prioridad les asignas? En el tiempo he descubierto que cuando no terminas de hacer algo es que seguramente no has hecho una correcta asignación de prioridades o no te interesa tanto como piensas. Suena muy duro, pero si haces un examen de conciencia, te darás cuenta que tengo razón.
Tu presencia ejecutiva se ve ligada a tu consistencia. Al no asignar prioridades, ponerlas por escrito y asegurarte que haces algo por cumplirlas, dejas de ser consistente. Si me voy a lo más sencillo como aprender un idioma: ¿cuánta gente conoces se ha metido en una clase de inglés para que al final decida no terminar el curso? De seguro se justifica con la cantidad de trabajo que tiene y que esto le impide acudir a todas sus clases. ¿Te suena familiar?
Conozco también quien decide empezar a posicionarse a través de su mensaje personal y empieza a compartir notas importantes en redes sociales y a compartir información de valor. Luego pasa algo que lo interrumpe y ya no regresa a seguir publicando. Toda su labor se ve truncada porque deja de hacerse visible.
Depende 100% de ti que logres tus objetivos. Te das cuenta que las personas que contratan consultoriás o coaching deciden que no tienen suficiente tiempo para terminarlas porque siempre hay juntas más importantes. En este proceso hay una falta de prioridad asignada. Si estuviera en su lista entre las 5-10 actividades obligatorias de su desempeño, te aseguro que no lo dejaba. Pasa igual con las membresías de gimnasio. Muchos pagan el paquete. Al pasar un tiempo dejan de ir por falta de tiempo o compromiso.
Así pues, todo aquel que no termina una tarea, que decide que no tiene tiempo para meter más actividades, que no termina un proyecto en tiempo, o simplemente no lo termina, es aquel que no le asignó prioridades a sus tareas y metas.
El caso del que sabe asignar prioridades
Cuando realmente tienes definida una prioridad sobre una acción o actividad, no necesariamente quiere decir que debas cumplirlo de inmediato. En años pasados, di un curso sobre el tema a un grupo de ventas. Uno de ellos comentó cómo tuvo que sacrificar algunos gastos temporalmente mientras se compraba su casa. Dejaron de gastar en los cafés de cafeterías populares, en ir a comer a restaurantes y al cine. Mientras tanto, ese dinero que ahorraban era para terminar de pagar la casa que querían. En el momento que lo logró, su vida volvió a la normalidad. Esto se llama tener clara una prioridad. Cuando pones pretextos, justificaciones que digan que no se puede alcanzar, es porque tu prioridad no está clara.
Libros que tratan el tema
Te recomiendo que si estás dudoso de cómo hacerlo, investigues sobre la matriz de lo Urgente e Importante que expone Steven Covey en su libro los 7 hábitos de la gente altamente efectiva(https://facilethings.com/blog/es/time-management-matrix, en este blog te lo explican). Te puede dar un empujón para asignar prioridades a tus tareas. También te recomiendo leer el libro Getting Things Done
Así que cada vez que decidas postergar una tarea, detente unos minutos y analiza si realmente es porque no te dio tiempo, no tienes para pagarlo, porque no le asignaste la prioridad que se merece o porque realmente no te interesa lo suficiente.
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