Estábamos recién casados y la felicidad de mi flamante mujercita era más que evidente. Por fin se había sacudido la celosa vigilancia materna y podríamos salir a divertirnos sin las estrictas restricciones maternas… pero el destino y la luna de miel nos tenían reservados otros planes… a escasos once meses de casados un bebé ya demandaba tiempo, atenciones y recursos… ¡Sorpresa!Como buen “Macho Alfa”, le planteé a mi esposa que dejará su trabajo y se dedicará a la niña, después de todo siempre podría ayudarme con el negocio, pero la reacción fue una que yo no esperaba: “no estudié para cambiar pañales y dar mamilas, tú eres dueño de tu negocio y de tu tiempo, encárgate de la niña, yo quiero seguir trabajando”.Y esa fue mi elegante entrada al mundo del “Sr. Mamá”. Por supuesto se han dado cualquier cantidad de anécdotas, desde las curiosas o tiernas hasta las extrañas e inusuales, pero probablemente la más bizarra me sucedió cuando nuestra hija ya asistía al kinder.Esta pequeña se distinguía como una niña risueña, sociable y muy segura de si misma. Yo aún no estudiaba mi certificación como Coach ni había tenido contacto con la PNL, pero ya intuía ciertas cosas sobre como quería formar a mi pequeña, y no perdía ocasión para hacerlo.Tras la salida de “clases” varios de los pequeños solían quedarse a jugar en los juegos del patio escolar, y usualmente eran los mismos pequeños, y por lo tanto los mismos padres quienes nos encontrábamos cada mediodía. Después de un par de años los niños ya habían determinado con quienes jugar y los padres de esos niños solíamos platicar. Un día la madre de una de las compañeritas favoritas de mi hija se me acerco después de yo haberle dicho algo a mi hija mientras las niñas jugaban, para entre risas, decirme “tú no estas educando a tu hija si no a tu mujer perfecta”.Cada que pienso en eso me sigo sorprendiendo ¿pues que no se supone que independientemente del género de nuestros críos, eso es lo que hacemos todos los padres? ¿formar mujeres y hombres lo mejor equipados posible para el futuro? ¿nuestra versión del ser humano perfecto?Conforme fuí “creciendo” como padre y “pasando” de grado escolar, me dí cuenta que no era así. Constantemente me encontraba con niños abandonados a los criterios de las mujeres del servicio, la televisión y el internet, o en el mejor de los casos los abuelos. Ambos padres se encuentran demasiado ocupados ganando lo suficiente para pagarle a la mujer del servicio, la compañía de TV por cable e internet, como para tener tiempo de interactuar con los niños, ya no digamos formarlos o educarlos; mucho menos para mantener el matrimonio y la familia funcionales.Por supuesto los resultados suelen saltar a la vista: pequeños ansiosos de emociones sólidas y estables, inseguros al interactuar con su entorno, en ocasiones huraños o agresivos, y ya más grandes dispuestos a lo que sea por integrarse, ser aceptados y aprobados por sus pares.¿La consecuencia? Una nueva generación más inconexa emocionalmente aún que la anterior. Adultos incapaces de relaciones sólidas, de lealtades profundas, de emociones firmes y honestas con otro ser humano. Eso si, con una disposición casi sobrenatural a “triunfar en esta vida”, buscando siempre los mejores ingresos, el auto más sofisticado, la casa mas cómoda, la ropa o los accesorios de moda y los mejores métodos para verse “jóvenes” por siempre, ya sea cosmético o quirúrgico.Irónicamente lo único que suele crecer de forma proporcional a estos adultos, es el vacío interior, vivir permanentemente con la sensación de que algo falta (usualmente la pareja y la familia que se quedaron en el camino) y la clara consciencia de una vejez sin propósito por delante.Todos somos el ser humano perfecto para algo: para ser feliz. Establecer de forma clara todas mis prioridades, en todos los ámbitos de mi vida, me ayudará a tener un mejor desempeño y a acercarme más a mis objetivos.Pero si nunca me he planteado de forma seria la razón para hacer algo, entonces ¿que más da que sea lo que estoy haciendo?Si ya eres, vas a ser o deseas ser padre o madre ¿sabes con toda claridad cuales son tus motivos, tus recursos y tus objetivos en ese proyecto?Nuestra felicidad depende sólo de nosotros mismos.
Patricia y Elvia, es cierto, gracias a Dios cada vez somos más quienes percibimos la relación de pareja y la familia como algo distinto, y la recompensa ciertamente son las sonrisas de los hijos.
Parte de la postura de mi libro es esa, los roles no deberían ser asignados por el género, si no por la capacidad del individuo para desarrollarlo y desempeñarse en el rol.
felicidades, actualmente gracias a dios cada ves son más hombres los que se involucran en la educación y formación de sus hijos. esta seguro que mientras tu hija sonria es la respuesta que dios te da de que estas actuando bien felicidades.
CONGRUENTE ARTÍCULO DE TU ACTUAR CON TU PENSAR, YA NO HAY SUPER HOMBRES Y SUPER MUJERES., ES SOLO DECIRLE A LA PAREJA: " CUENTA CONMIGO COMO YO CUENTO CONTIGO" IGUAL= EQUIDAD DE GÉNERO., LOS TIEMPOS CAMBIAN Y TENEMOS QUE TOMAR COMO BIEN DICES PRIORIDADES Y SI EN ESTE MOMENTO LA TUYA ES ESTAR CON TUS HIJOS ADELANTE!! Y LA DE TU MUJER TRABAJAR ADELANTE TAMBIÉN!! ESTO ES BUSCAR LA FELICIDAD Y DEJAR QUE LOS OTROS TAMBIÉN LO SEAN..... PENSAMIENTO EN CONCIENCIA LIBRE DE CREENCIAS ANTAÑAS, DONDE LA RESPONSABILIDAD DE LOS HIJOS ERA SOLAMENTE DE LA MUJER; CREO Y AFIRMO QUE HAY PADRES ( HOMBRES) CON ESE SENTIMIENTO DE AMOR Y RESPONSABILIDAD HACIA LOS HIJOS, CAPACES DE FORJAR UN GRAN SER HUMANO.
DICEN QUE LOS HOMBRES NO DEBEN LLORAR, PERO YO DIGO QUE LOS HOMBRES QUE LLORAN POR UNA MUJER Y UN HIJO, SOLO DEMUESTRAN SU AMOR, VALOR Y ENTREGA A LA FAMILIA.
Comentarios
Parte de la postura de mi libro es esa, los roles no deberían ser asignados por el género, si no por la capacidad del individuo para desarrollarlo y desempeñarse en el rol.
Gracias y un saludo.
DICEN QUE LOS HOMBRES NO DEBEN LLORAR, PERO YO DIGO QUE LOS HOMBRES QUE LLORAN POR UNA MUJER Y UN HIJO, SOLO DEMUESTRAN SU AMOR, VALOR Y ENTREGA A LA FAMILIA.
UN SALUDO.,