¿Alguna vez te has puesto a pensar que una hora tiene sesenta minutos y tiene un límite, un día tiene veinticuatro horas y también tiene un límite, un mes puede tener treinta ó treinta y un días y también tiene un límite, un año tiene trescientos sesenta y cinco días y también tiene un límite?
La vida de los seres humanos también tiene un límite. Pero cuál es la diferencia entre los límites que nosotros podemos prever, así como sabemos que una hora siempre va a ser una hora y un día siempre va a ser un día, en el caso de la vida de los seres humanos no sabemos dónde está ese límite o cuándo llegará ese límite.
Por lo tanto, la pregunta que cabe hacernos es: ¿cómo vivimos nuestra vida? Si vivimos cerca del límite a punto de caernos o si tratamos de administrar nuestras fuerzas, nuestra energía y nuestros afectos de la mejor manera posible.
Me dirás que conseguir el equilibrio en el mundo moderno y en el siglo XXI es prácticamente una utopía o algo casi imposible. Y yo estoy de acuerdo en algunos aspectos. Si bien es cierto que el estrés de la vida cotidiana, las obligaciones y los roles que nosotros vamos asumiendo a lo largo de la existencia hacen que releguemos a un segundo lugar o quizás, a veces, a un lugar inferior todavía, la importancia de preguntarnos si estamos viviendo o sobreviviendo.
Este pensamiento acerca de los límites, debería hacernos reflexionar justamente cuando los años finalizan. Es un buen momento para esa reflexión y para tratar de preguntarnos, no importa la etapa de la vida en la que estemos, tanto si tú eres un joven, o si estás en la madurez o si eres un adulto mayor, tenemos que tomar conciencia de si nosotros estamos viviendo de acuerdo a nuestros principios y a nuestros valores o por distintas razones, que pueden ser muy valederas, hemos tenido que adaptarnos a circunstancias que quizás no hubiéramos elegido pero que el destino puso en nuestro camino y nos obligó, por lo menos durante cierto tiempo, y esto es muy importante, a renunciar a nuestros sueños y a nuestras expectativas. ¿Y por qué digo durante un cierto tiempo? Porque las circunstancias van y vienen, porque las circunstancias nunca son estables, quienes las hacemos estables o no, somos nosotros.
Lo importante es que si hoy no estás viviendo la vida de acuerdo a tus expectativas, no tienes que tomar eso como un hecho que no puedas modificar. Tú puedes tratar de ver tu realidad o no. La puedes ver hoy, la puedes ver mañana, la puedes ver la semana que viene o quizás nunca la llegues a ve,r porque no quieres verla.
Puedes tomar conciencia de lo que te está pasando o no, ¿pero sabes una cosa? Tarde o temprano, más adelante o un poquito más atrás te vas a tener que enfrentar a tu realidad, te guste o no. La realidad se va a plantar delante de ti y tú vas a tener que abordarla para aceptarla tal como ella es o para introducir las modificaciones que tú mismo sientas que tienes que hacer.
Entonces cuanto antes lo hagas, cuanto antes tú te sientes contigo mismo a tomar ese café y analizar y desgranar esa realidad, más tiempo te va a quedar de tu vida, de ese límite que hoy no conocemos, para poder disfrutarla plenamente y extraer de ella el máximo provecho con un grado de satisfacción que te haga sentir bien, porque en última instancia, todos intentamos ir tras ese bienestar
. ¿A quién no le gusta sentirse bien? Pero para eso también tenemos que recorrer determinados caminos. Ese bienestar primero surge del diálogo interno y de las necesidades individuales que cada ser humano tiene respecto de su propia vida.
Por eso que vivir en el límite o cerca del límite, a mi juicio, es extremadamente peligroso. Porque en primer lugar nos impide la reflexión, nos impide el pensar si estamos en el camino correcto o no. Y por ende nos impide modificar aquellas circunstancias o aquellas debilidades o carencias que nosotros podemos tener para poder vivir mejor.
Te darás cuenta que directa o indirectamente te estoy invitando a que reflexionemos juntos, acerca de algo tan importante como es la vida misma, ni más ni menos, acerca de qué es lo que haces con cada minuto, que sabes que tiene un límite, con cada hora, con cada día, tomando conciencia también de que cada día que pasa es un día menos de vida que tenemos, pero que por otro lado, debemos estar profundamente agradecidos de amanecer día a día y poder estar vivos y estar en buenas condiciones, o en relativas buenas condiciones, como para poder llevar adelante nuestros proyectos.
Entonces la única finalidad que tiene esta invitación que yo te estoy haciendo, es tratar de que tú mejores aquello que hoy no está bien en tu vida o que puede no estar bien en tu existencia futura en la medida que no lo cambies, pero ¿qué es lo que doy por sentado antes que nada? Que tú al igual que cualquier otro ser humano merece lo mejor. Pero ese merecimiento primero tienes que creerlo tú, primero tienes que desarrollar tu autoestima a un nivel de confianza y de respeto por ti mismo que haga que tú sientas que mereces ese bienestar.
Dr. Walter Dresel
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