Nuestra imagen personal está conformada por muchos elementos, como la manera en que nos arreglamos, la ropa, el cabello, en caso de las mujeres el maquillaje, la higiene, los gestos y nuestras posturas. Todo esto que muestras es lo que refleja realmente quién eres por dentro.
Es por ello, que más que tomarlo como algo superficial y sin caer en una atención extrema, debemos de trabajar nuestra propia imagen. Pregúntate muy sinceramente: ¿qué importancia tiene para mí el arreglo personal?, ¿qué comunico a través de mis gestos, posturas y ademanes?, ¿para quién me visto, para mí o para los demás?; cuando me arreglo, ¿lo hago para cubrir lo que no me gusta o para destacar mi interior?
Al responder a estas preguntas te darás cuenta de que tu imagen refleja quien eres por dentro, a veces de forma inconsciente transmitimos quienes somos y de la misma forma, percibimos a los demás según su imagen personal.
Lo más importante es que exista una verdadera coherencia entre quien eres y como te muestras a los demás. Que tu imagen realmente demuestre quien eres. A esto se le llama ser una mujer o un hombre auténtico.
Esto no es fácil lograrlo. ¿Qué hacemos entonces para que haya coherencia entre lo que soy interiormente y mi aspecto externo?
En primer lugar, hemos de aprender que el vestido y el arreglo personal deben ser nuestro aliado y complemento para saber llevar nuestra belleza. No reducirlo solo a lo que está de moda. Como bien dice el dicho: “de la moda, lo que te acomoda”
La moda es valiosa como fenómeno cultural, social y estético, pero también es pasajera y cambiante. El realmente vestirnos con personalidad y vernos bien nos habla de un comportamiento
maduro y elegante. No hay como ver a una persona vestida de forma sencilla y muy elegante.
No quiero que pienses con esto, que tu imagen personal depende de que tanto dinero gastas en ropa, zapatos o accesorios. Hay personas con mucho dinero que reflejan una imagen negativa hacia los demás.
Lo que tu proyectas no depende de tu situación económica, de pensar. Pregúntate muy sinceramente que estas comunicando a los demás con tu forma de vestirte y de comportarte.
Tu exterior y tu interior están unidos. Una persona con una buena imagen personal hace resaltar sus cualidad, talentos, valores, creencias, convicciones y fortalezas, que se manifiestan en una auténtica presencia física.
El cuidado de su aspecto, alimenta y enriquece sus fortalezas y el conjunto de su personalidad. A los demás les gusta estar con ella.
Todo esto significa que la imagen no se trata de una apariencia falsa, sino más bien, responde a aquello que las personas traen y son por dentro, y que no es más que un medio de comunicación para potenciar esas cualidades y reflejarlas a través de su presencia.
Así, lo mejor es que exista una verdadera coherencia entre quiénes somos y cómo nos mostramos a los demás. Y esa coherencia se alcanza con elegancia y con personalidad.
Te invito a darle la importancia que tiene tu imagen personal, no dedicarle tiempo excesivo, pero si el necesario. Recuerda que como tu te veas y sientas, así te verán y te tratarán los demás. Tu interior se verá proyectado en tu imagen exterior.
¿Cómo andas en este tema? Reflexiona.
LUCIA LEGORRETA DE CERVANTES. Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.
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