Es un gusto compartir fragmentos de mi libro “Aromaterapia El universo de los aceites esenciales”. Encontraras en esta página una publicación semanal encaminada a difundir el conocimiento de este tema, desde mi visión y experiencia, para el cuidado y la salud del cuerpo; conservar el balance en la vida y lograr plenitud en el ser.
Espero sea de utilidad y agrado. Conie Bastar.
Un legado de la humanidad
Los orígenes de la Aromaterapia son el legado que se ha recibido, los humanos incorporaron el uso de plantas y aromas, conocimientos ancestrales que han evolucionado y le dan sustento científico a esta práctica heredada y cómo la naturaleza es el gran laboratorio de la vida en todas sus manifestaciones. El universo de los AE nos remonta al principio de la vida.
Existen conocimientos milenarios desarrollados para pretender solucionar problemas de la salud que afortunadamente han prevalecido y acompañado al hombre en su devenir, uno de los principales es la herbolaria con las bases suficientes para demostrar sus beneficios en favor de la salud, esta sabiduría se ha trasmitido de generación en generación. La medicina alópata utiliza muchos de los conocimientos ancestrales sobre la herbolaria, los desarrolla y profundiza llegando a formar un área médica extensa conocida actualmente como Fitoterapia o Fitomedicina. Hablando más estrictamente sobre la herbolaria, es vital mencionar que desde la antigüedad se encontró que es posible utilizar un derivado de la planta de naturaleza más sutil: el aroma que la planta emana de forma natural; también los ancestros al utilizar el fuego y quemar las plantas se percataron de la emanación de dicho aroma, es esto lo que permite iniciar el proceso para la obtención de la esencia aromática.
Es por eso que la Aromaterapia y la Fitoterapia van a la par, ambas utilizan al reino vegetal como parte fundamental de las sustancias que emplean y tienen como fin ayudar al ser humano en forma integral, es decir, desde un punto de vista holístico –del griego hólos: todo, por entero, totalidad– tratando al individuo como un todo –cuerpo, emociones, mente y espíritu–, sin olvidar que el individuo es parte de un todo mayor: la humanidad, la cual a su vez forma parte de un contenido mayor, el planeta Tierra. Todo esto en su conjunto está íntimamente entrelazado y forma un sistema dinámico en el cual lo que sucede en uno afecta al todo.
Se sabe con certeza que numerosos trastornos de la salud, tales como estrés, asma, alergias y muchos otros, se asocian con prácticas culturales o alteraciones del medio ambiente que reflejan el distanciamiento del individuo con la naturaleza, en este sentido las terapias herbales y la Aromaterapia contribuyen de gran manera a reducir dicho distanciamiento gracias al vínculo que se establece entre las plantas y las personas. Estas terapias cada día se van posicionando mejor dentro del concepto de “vida natural” el cual procura no sólo la ausencia de enfermedad en las personas y el planeta, también aspiran al desarrollo de una vida con mayor conciencia y a la preservación de la vida misma en todas sus manifestaciones.
En este trabajo abordaré específicamente el complejo y apasionante mundo de los aromas: su obtención, usos y beneficios para la salud, belleza y bienestar en las personas.
Los aromas nos estimulan los sentidos y aspirarlos nos evocan imágenes, imaginemos por un momento los miles de años que se han necesitado para obtener de la naturaleza sus secretos y hacer de ello una ciencia y un arte.
Contexto histórico
Aunque el nombre es nuevo, el origen de la Aromaterapia nos remonta a la prehistoria, cuando los primeros habitantes del planeta, al descubrir el fuego lo avivaban quemando madera y plantas. De esta forma se percataron que de ahí emanaban olores muy agradables, mismos que aprendieron a usar para halagar a los dioses en ceremonias rituales. A lo largo de la historia encontramos que en todas las culturas se han utilizado los aromas, cada una estampó su sello particular a su uso.
En el Lejano Oriente, tratados de medicina con miles de años de existencia, nos relatan el uso de las esencias. China y la India desarrollaron técnicas para la prevención y curación con plantas aromáticas e incluyeron su uso cotidiano para cuidados de la salud y la belleza, así como para obtener bienestar y serenidad.
En la América prehispánica todas las culturas que florecieron a través del continente han dejado testimonio del uso de las plantas aromáticas con fines curativos y rituales. Hoy día, en algunas comunidades se guardan tradiciones antiguas como el sahumar a los enfermos con hierbas
o emplear el romero para aliviar los males, también es común que en ceremonias funerarias se queme copal para la purificación y protección.
En Occidente, sumerios y babilonios legaron sus conocimientos a los egipcios, quienes dieron una atención sin paralelo a los Aceites Aromáticos, utilizándolos en su vida diaria para efectos curativos, cosméticos y en la preparación de los cuerpos inertes para preservación en el viaje a la eternidad. De hecho, el papiro Ebers escrito alrededor de 1500 AC describe fórmulas con el uso de Esencias Aromáticas.
Los griegos y romanos desarrollaron el conocimiento y la cultura heredados de los egipcios, aportando grandes descubrimientos en todas las áreas del saber humano. Se sabe que ambas culturas daban gran importancia a los placeres de la vida, en los cuales se incluía el uso de esencias aromáticas para perfumar –del latín per-fumo: a través del humo– sus cuerpos, ropas y alimentos. El sabio Hipócrates, considerado el padre de la medicina occidental, sostiene en sus tratados médicos los poderes de sanación de las esencias de las plantas.
En el siglo XI fueron los árabes quienes rescatan los conocimientos grecolatinos. Abu Ali Sina o Abu Ibn Sina cuyo nombre occidentalizado es Avicena, una de las mentes más sobresalientes de esa cultura –matemático, filósofo, astrólogo y médico–, perfeccionó el arte de la destilación de los AE de las plantas. Fue mediante las cruzadas que llegaron a Europa siglos de saber acumulado sobre la obtención y uso de los aromas.
En la época medieval, Hildegard Von Bingen, monja alemana, escribió su tratado sobre la herbolaria dando especial énfasis a las hierbas aromáticas como la lavanda, entre otras.
Durante los siglos XVI y XVII, más de 100 AE fueron utilizados para investigar fórmulas de medicina tradicional, que fueron posteriormente industrializadas por la naciente industria farmacéutica. Tiempo después, con el advenimiento de la era industrial, el uso terapéutico de los aromas y otras alternativas de salud fueron relegadas.
A principios del siglo XX renació el interés y se reanudan las investigaciones de los AE. El químico francés René-Maurice Gattefossé es conocido como el padre de la Aromaterapia ya que fue quien empleó este término por primera vez. Trabajando con los AE pudo constatar que contenían poderosas propiedades antisépticas y curativas, demostrando que la piel puede absorber sustancias grasas siempre y cuando la estructura molecular sea suficientemente pequeña como es el caso de los AE. En 1937 publicó su libro sobre Aromaterapia (Gattefossé, 1937), en el cual sostiene, aunado a sus descubrimientos, que con base en la inhalación de ciertos aromas es posible aliviar estados de ansiedad y depresión.
Por su parte, el médico Jean Valnet, fundador de la Societé Francaise de Phytotérapie, contribuyó a la valoración y aceptación médica del uso de los AE. En su libro Aromathérapie (Valnet, 1965), describe extensamente testimonios de casos curados con gran éxito por medio de AE.
En Inglaterra, Marguerite Maury es considerada pionera de la Aromaterapia Holística al desarrollar un masaje especial aplicando AE en las terminales nerviosas e introdujo el concepto de prescripción individual, en el cual se eligen AE específicos para cada persona. Por medio de investigaciones con bases científicas, se han incorporado los efectos terapéuticos de los AE, alrededor del mundo su uso se ha convertido en una fuerte tendencia como una alternativa de salud, belleza y bienestar, ya que refuerzan la capacidad innata del organismo para su curación.
Al momento de penetrar en el cuerpo, oxigenan las células reforzando el sistema inmunológico, logrando el alivio a dolores y malestares físicos y emocionales. Con ello, cada día se pisa terreno más firme en este campo, ya que los conocimientos tradicionales son avalados por los modernos descubrimientos.
Los científicos franceses Pierre Franchomme y Daniel Pénoël han dedicado muchos años a la investigación y aplicación médica científica de los AE en el ser humano. Casi al final del siglo, al publicar su libro L’Áromathérapie Exactement sentaron la base de la nueva Aromaterapia (Franchomme y Pénoël, 1990).
En la actualidad, los adelantos científicos aportan una nueva visión de la Aromaterapia, gracias al bioelectrómetro se han realizado mediciones a diferentes AE comprobando su acción bioelectrónica. Mediante el equipo se miden las cargas que tienen las moléculas aromáticas al ser puestas en contacto con la luz, aportando un nuevo modelo de comprensión sobre la actividad energética de los AE.
Fragmentos del libro “Aromaterapia en el universo de los aceites esenciales - Cuidado y salud para tu cuerpo, balance para tu vida, plenitud para tu ser - Desde mi visión y experiencia" de Conie Bastar.
El libro está a la venta impreso en el Instituto Mexicano de Aromaterapia S.C., en Amazon y Mercado Libre. Y en forma digital en las principales plataformas de ventas de libros.
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