Quién no ha escuchado en alguna ocasión aquello de “El tren pasa sólo una vez”. Quién no se ha preocupado en alguna ocasión como consecuencia de haber dejado pasar una oportunidad en la vida, pensando que quizás nunca más se volvería a presentar. Quién no ha perdido en alguna ocasión una pareja y ha pensado, ¿qué será ahora de mi vida sin él o sin ella? Quién no ha visto cómo asomaba un trabajo fantástico, y fue incapaz de alcanzarlo.
Todas esas situaciones son consecuencia de una determinada forma de ver y entender la vida. Lo que nos diferencia a unas personas de otras es el modo en que afrontamos todas esas circunstancias.
Cuando nos atormentamos por haber perdido una determinada pareja, obviamos que hay miles de personas en el mundo con las que podríamos ser igual, o incluso más felices que con esa que ya no tenemos a nuestro lado. Cuando nos torturamos por no haber conseguido ese trabajo fantástico, dejamos de buscar activamente esa oportunidad que estamos buscando para desarrollarnos personal, profesional y económicamente. Cuando centramos nuestra atención en ese tren que ya ha pasado, dejamos de observar los muchos trenes que se acercan.
Todos observamos lo que vivimos a través de un filtro que vamos construyendo a lo largo de nuestra vida con las experiencias que vivimos. Un filtro que se compone básicamente de creencias y de bloqueos emocionales. Cambiando ese filtro con el que miramos, cambiamos automáticamente nuestra forma de ver y de sentir la realidad que vivimos.
Ser optimista o pesimista depende de ese filtro.
Tener objetivos en la vida, o no tenerlos, depende de ese filtro.
Tener motivación e ilusión en la vida depende de ese filtro.
Valorarnos y tener seguridad en nosotros mismos depende de ese filtro.
Confiar en las personas que tienes a tu alrededor, o por el contrario, estar siempre alerta pensando que te van a traicionar, depende de ese filtro.
Podríamos continuar con una lista enorme, pero lo importante es entender que depende exclusivamente de nosotros el vivir una realidad u otra. El tren pasa continuamente. De cada uno de nosotros depende el escuchar o no el sonido de los distintos trenes que se acercan.
Si no te gusta lo que ves en tu vida, cambia de filtro.
Ricardo Eiriz
Creador del Método INTEGRA, de transformación a nivel subconsciente, y autor de “El Alma de la Salud”, entre otros libros
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