Este año decidí reinventarme otra vez. Los últimos 30 años he venido haciéndolo consciente e inconscientemente. Estos cambios siempre han respetado mi esencia y siempre me han traído nuevas oportunidades. Algunos pasos en esta transformación no han sido ni suaves, ni fáciles. En muchas ocasiones estos pasos han sido amargos. Si hago una lista de las veces que esto ha sucedido, estas han sido las consecuencias:
El Comienzo
En la mayoría de los casos, la primer reinvención se da sin querer. Cuando te gradúas de la universidad y empiezas a trabajar formalmente, muchos jóvenes se tienen que reinventar porque cambian sus horarios y su dinámica es diferente. Ahora no tienen que esperar a que un maestro les encargue un trabajo, ahora tienen que buscar que los objetivos y metas se cumplan y hacerse visibles.
Así fue como en mi caso, aprendí más cosas que la Universidad no me enseñó. Una de ellas fue vender en frío. Me hice experta en conexión de módems para tener información en tiempo real. Tuve que manejar por zonas que ni personas que habían vivido toda su vida en CDMX conocían. Estaba en un área de ventas y tenía que demostrar que era digna de mi primer trabajo. No tenía idea que reinventarme apenas comenzaba.
El recuento del camino
Estuve 18 años en el medio financiero. Aprendiendo a prueba y error. Cómo hay que hablarle al banquero cuando es tu cliente y cómo dirigirte a él cuando es tu jefe. Fui reinventando la forma en como mi presencia ejecutiva mandaba mensajes a través de mi apariencia para mandar un mensaje de credibilidad. Mi tono de voz y cómo me comunicaba también fue un trabajo de reinvención del cual me permitía ir generando mayor empatía con los demás.
Cuando fui escalando en lo profesional, me di cuenta como tuve que ir dejando a un lado la jovialidad, para demostrar más seriedad. Sin embargo, era importante mantener siempre mi autenticidad. Recuerdo que, en ocasiones, intentar demasiado lucir formal, mas que autoridad me hacía lucir acartonada. La autenticidad juega un papel muy importante porque si te ves fingido, pierdes fuerza en tu credibildad.
Un cambio mas radical.
Así fue como, sin meterme en mucho detalle, dejé después de 18 años el medio financiero para arrancar una consultoría en comunicación, presencia ejecutiva y liderazgo. Cuento más sobre esta etapa en mi libro "Presencia Ejecutiva: Cómo proyectar liderazgo y una imagen ganadora para acelerar tu potencial"
Estos últimos 12 años han dado más reinvenciones que los primeros 18 de vida profesional. Mi consultoría empezó como Imagen y Protocolo de Negocios. Un par de años después le cambié el nombre a lo que es hoy. Esta reinvención fue un poco obligada. Había trabajado en construir todo alrededor del nombre, y un buen día, me di cuenta que alguien más ya lo había empezado a usar. Todo mi esfuerzo en redes, en medios digitales para distinguirlo, parecía que solo había construido el camino a otros para que simplemente se subieran al tren. Más que una frustración, fue una manera de estirarme, de reconocer que era momento de subir de nivel.
Así fue como no solo el nombre, pero los contenidos de mis cursos y asesorías dieron un brinco. Aproveché para crear nuevos temas, para ofrecer de diferente forma mis servicios y para distinguir mis servicios a otro nivel ejecutivo.
Después de esto, las reinvenciones se tienen que dar constantemente porque, el cambio constante de tecnología y la globalización te obligan a estar alerta y en constante aprendizaje.
El aprendizaje
En tu marca personal, debes estar consciente que siempre hay espacio para mejorar. Lo que te llevó a un lugar, no es lo que te mantiene ahí. Así también, los fracasos en proyectos, en clientes y en emprendimientos me han traído otro tipo de aprendizajes. En esos momentos, hay que sacar la casta y reinventarse. No quedarse atorados en los ciclos de las pérdidas y el negativismo. Ya que todo es aprendizaje para crecer.
Aprendí que para emprender un negocio, tienes que tener paciencia, estructura y objetivos alcanzables. Uno de mis grandes lemas, es que a esta vida se viene a pasarla bien y cuando esto no es así, no tiene caso que sigas sufriendo. Si el camino es tan tortuoso, no hablo de que sea fácil, pero que te emocione el reto, que lo escales motivado, entonces encuentra lo que tu pasión te haga latir tu corazón.
En este sentido, la mejor forma de lograr tu reinvención, es primero darte cuenta desde dentro qué puedes hacer para ofrecer valor. Cuales son tus talentos y cómo son mejor manejados. Sobre todo, tienes que tener claridad, enfoque y energía positiva.
Empecé a explorar el “Mindfullness” y descubrí que para proyectar un liderazgo de impacto, hay que ver desde dentro y estar consciente de cómo tus acciones influyen en otros. Para ser un líder integral, no importando el éxito que hayas tenido en el tiempo, es importante reinventar la forma en cómo haces sentir a otros para provocar que las cosas sucedan. Tu comunicación, tu comportamiento, tu formación y educación continua, tu mentalidad y cómo tu te ves, juegan un papel importante en tu proyección de liderazgo.
En resumen
Reinventarme es lo mejor que me ha pasado en 25 años de vida profesional.
- Pude reconocer cuales son mis fortalezas y de qué me tengo que mantener alejada.
- Construí en aquello que me ayuda distinguirme y que me sale natural.
- Me permite seguir trabajando en las áreas de oportunidad, saber que debo sacudir y dejar atrás con el fin de seguir evolucionando.
Esta lectura es para recordarte que evolucionar, crecer y sobresalir, para obtener éxito depende de tu mentalidad abierta, de tu humildad a reconocer errores y de tu constante esfuerzo por seguir mejorando y reinventarte.
Te invito a que hagas un análisis de las reinvenciones que has pasado en tu vida, y si no, ¿Qué estás esperando para hacerlo?
El contenido original de esta publicación se encuentra en: https://alemarroquin.com/el-camino-a-mi-reinvencion/
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