He escuchado críticas en torno al pensamiento positivo, por calificarlo de “mágico” e, incluso, por llevar a la gente a la pasividad absoluta, esperando que, con decir “algo” muchas veces, milagrosamente llegará a su vida. El problema es que en esos casos el proceso está incompleto.
Decir varias veces lo que se desea, está bien, porque ayuda al enfoque; sin embargo, hay algunas reglas básicas:
- No se trata de repetir una frase, simplemente por hacerlo, mientras la mente está en otro lugar. El decir debe ir cargado del sentir, y para poder sentir, hay que transmitir a nuestro cuerpo y mente, que aquello deseado, ya se tiene; para familiarizarse con la emoción que invade todo el ser al momento de recibir algo anhelado.
- La frase que se repita, debe estar cargada de significado, ser concreta y estructurarse en presente y en afirmativo. No es válido afirmar “algún día tendré la vida de mis sueños”, entonces…¿todavía no?, ¿qué significa la vida de tus sueños? Es importante ser preciso con lo que se afirma, por ejemplo: “gozo de salud física completa”. Aquí la frase está en presente, habla específicamente de la salud física y alude a un estado del que ya se goza.
El siguiente paso es la visualización que se refleje en la sensación, en la actitud y en la emoción. En el ejemplo anterior: para ser una persona sana, hay que sentirse sana, pensar como una persona sana, hablar como una persona sana y actuar como una persona sana. De nada sirve manifestar salud cada mañana, si más tarde se habla a todo el mundo de los innumerables achaques que le aquejan. Ahí falta congruencia. Si ponemos a la mente 30 minutos al día en “modo sano” con la expresión verbal, pero 23.30 horas en “modo enfermo”, con todos los sentidos, obviamente, la manifestación matutina no habrá servido de nada.
También es importante pensar qué tanto se desea lo que se está manifestando, y si vale la pena realizar algunas modificaciones al sistema de vida, para lograrlo. Afirmar estar sano es maravilloso, pero hay que recordarlo antes de poner en riesgo la salud; es entonces el momento de crear, además de creer. Si se tiene la información, no hay pretexto para atentar contra la salud, mientras se afirma bienestar. El ejemplo más claro es caer en excesos: se afirma salud, mientras se abusa en la ingesta de comida chatarra, grasosa o colmada de azúcar; se pide al Universo una salud perfecta, pero se tiene una vida absolutamente pasiva y acompañada del consumo de sustancias adictivas. ¿Entonces, no sirve afirmar?
¡Claro que sirve! Es importante creer firmemente y desde lo más profundo del corazón, que la vida puede transformarse para bien, pero habrá que enfocarse en acciones que empujen a la realización del cambio, por ejemplo: “gozo de una salud física completa y contribuyo a ello, caminando 15 minutos diariamente”. Entonces se agenda como la cita más importante del día, la que se tiene consigo mismo y a la que no se puede faltar, por ningún motivo.
“Gozo de una salud física completa y por ello como sólo una rebanada pequeña de pastel”. No se trata de privarse de los placeres, pero no hay que abusar de ello; y si ya se vive con una condición de diabetes, por ejemplo, entonces: “Gozo de una salud física completa y cuando como una rebanada de pastel, me aseguro de que esté libre de azúcar”. Hoy existen múltiples estudios de los alimentos que permiten combinarlos de manera creativa y con resultados maravillosos para el paladar, sin poner en riesgo la salud.
Por lo tanto, la manifestación, no es sinónimo de inacción. Es importante centrarse en lo que se desea, agradecerlo como si ya se tuviera y estar atento a las puertas que se abren en el camino para consolidarlo; porque al afirmar, la energía se mueve y pone al cerebro a trabajar. Hay que relajarse, estar confiados y atentos, haciendo lo conducente para alcanzar la meta.
¿Qué te gustaría creer y crear para el 2026?
Si necesitas un coach, te acompaño en el camino: gabycruzcoach@gmail.com, o búscame en Facebook, Instagram o TikTok
Comentarios