¡Siempre hay una buena excusa para justificar los vicios! A todos aquellos que se les va la mano bebiendo, están dichosos porque llegaron las fiestas navideñas y éste es el mejor pretexto para poder emborracharse.“Yo me tomo un vinito todos los días porque es muy bueno para el corazón”, así explicó con un aire de sabiduría, una experta en vinos que conocí recientemente en la casa de un familiar.
Esta elegante dama, comenzó saboreándose una copita, después otra, otra, otra y otra. Al cabo de un rato empezó a subir la voz y a contar chistes rojos que incomodaron a varios. Cuando llegó la hora de sentarnos en la mesa, esta educada conocedora de vinos finos tenía la lengua trabada, el maquillaje corrido, el pelo revuelto y los ojos desorbitados.
Lo que le sucedió a esta señora es un indicio de que el alcohol es un problema en su vida. Cuando la bebida provoca alteraciones drásticas en la personalidad, aunque sea bueno para el corazón, ¡es malo para la razón!
Todos hemos conocido a alguien que no sabe parar de beber a tiempo, y en el transcurso de la fiesta se transforma; bien sea, en un monstruo, comediante, súper héroe, desquiciado, bailarina exótica, o un zalamero que quiere besuquear a todo el mundo.
El común denominador de estos personajes es que usan el alcohol como una fuga para escapar de sus problemas, frustraciones y miedos. Su lema es: “la fiesta no se acaba hasta que el alcohol no se acabe”.
Algunas de las justificaciones más comunes de los alcohólicos son: “no bebo todos los días, sólo cuando quiero relajarme y liberar el estrés”, “no tengo un vicio, puedo dejar de beber cuando yo quiera”, “mija, mientras no mezcle bebidas estoy bajo control”.
A los que dicen frases similares, les pregunto: ¿alguna vez te han criticado por la manera en la que consumes alcohol? ¿Has pensado que podrías tener más éxito si eliminaras la bebida de tu vida? ¿Te has arrepentido después de haberte excedido? ¿Has tenido “lagunas mentales”? ¿Prometiste abstenerte de beber por un plazo de tiempo y no lo cumpliste?
Si tu respuesta a una de estas preguntas fue afirmativa, seguramente tienes un problema con la bebida. El primer paso para superarlo es admitir tu dependencia. Luego, es indispensable buscar ayuda profesional.
Para disfrutar y festejar, en vez de sumergirte en el alcohol, embriágate con el amor de los seres que más te aman!
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