¿No te gusta tu cuerpo? ¿Te sientes menos que los demás? ¿Te cuesta trabajo socializar y huyes evitando relacionarte?
Para sentirte inferior no necesitas tener un defecto, sino creer que lo tienes.
La autocrítica es un enemigo que va contigo a todas partes, te tortura y no te deja ser feliz. Cuando idealizas a otras personas y las consideras mejores que tú, es fácil distorsionar la imagen que tienes de ti misma para verte distinta de como en realidad eres.
De hecho cuando no te aceptas, es fácil que te vuelvas conflictiva y hasta agresiva y si constantemente demuestras tu insatisfacción es probable que los demás se fastidien y terminen por perder el interés en ti. Así que no te engañes, lo que determina tu felicidad no es lo que tienes, si no la forma como percibes lo que tienes, y si crees que para valer debes de ser perfecta, caes en una trampa que termina por aniquilar tu autoestima.
Para aceptarte y quererte como eres:
1. Haz una lista de cualidades y defectos
2. Valora tus virtudes, acepta tus fallas y considéralas como una gran oportunidad para ser mejor
3. Háblate amorosamente, reconoce tus logros y minimiza los sentimientos de culpa por tus errores. ¡Nadie es perfecto!
4. o te compares con otros. Es un error pensar que los demás son mejores
5. muéstrate tal y como eres y no intentes exageradamente caerle bien a todos los que te rodean
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