Cada 10 minutos una mujer es asesinada.
La violencia contra las mujeres es una de las violaciones más persistentes de los derechos humanos en el mundo. Según datos de Naciones Unidas, cada 11 minutos, una mujer es asesinada por un miembro de su familia, lo que refleja la magnitud de esta crisis. En 2021, más de 81,000 mujeres fueron asesinadas globalmente, y de estas, 45,000 perdieron la vida a manos de su pareja o familiares, lo que muestra la prevalencia de la violencia en el ámbito privado.
En América Latina, la tasa de feminicidios sigue siendo alarmante. Honduras lidera con 6 casos por cada 100,000 mujeres, mientras países como México y Brasil reportan números absolutos impactantes, con más de 900 y 1,400 feminicidios anuales respectivamente. Aunque algunas naciones han implementado leyes y protocolos, los avances son lentos, y en muchos casos, la impunidad sigue siendo un obstáculo clave para la justicia.
El Día Naranja, promovido por la ONU, nos invita a reflexionar y actuar. Este año, bajo el lema “No hay excusa”, la campaña busca movilizar a la sociedad para erradicar la violencia contra las mujeres, instando a los gobiernos a adoptar políticas públicas efectivas y financiamiento adecuado para combatir este flagelo.
Como mujeres, reflexionar sobre este problema es un llamado a unirnos, apoyar a las víctimas y exigir un cambio estructural. Cada acción cuenta, desde educar a nuestras comunidades sobre el respeto y la igualdad hasta impulsar leyes que protejan a las mujeres y castiguen a los agresores. No olvidemos que el silencio perpetúa la violencia, mientras que la solidaridad y la acción la combaten.
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La violencia contra las mujeres es un problema estructural que requiere soluciones integrales. Si bien es fundamental que las instituciones y la sociedad trabajen para erradicarla, las mujeres también pueden tomar medidas para aumentar su seguridad. Aquí algunas recomendaciones:
1. Identificar señales de peligro
- Control o aislamiento: Si alguien intenta controlar tus actividades, amistades o decisiones, puede ser un signo de abuso.
- Violencia verbal o psicológica: Comentarios degradantes o manipuladores pueden escalar a violencia física.
2. Mantener comunicación con personas de confianza
- Comparte información sobre tus actividades diarias con familiares o amigos.
- Crea una red de apoyo con personas que puedan ayudarte en caso de emergencia.
3. Educación en derechos y recursos disponibles
- Infórmate sobre los derechos de las mujeres en tu país.
- Conoce líneas de ayuda y refugios disponibles en tu localidad, como el Línea 144 en varios países de Latinoamérica.
4. Uso de herramientas tecnológicas
- Instala aplicaciones de seguridad que permitan alertar a contactos de emergencia.
- Usa funciones de ubicación en tiempo real cuando te sientas insegura.
5. Establecer un plan de escape
- • Si estás en una relación abusiva, planea cómo salir de manera segura. Esto incluye tener documentos importantes, dinero y contactos de ayuda listos.
6. Participar en talleres de prevención
- • Muchas organizaciones ofrecen capacitaciones sobre defensa personal y manejo de situaciones de riesgo.
7. Alzar la voz
- • Habla sobre la violencia de género y denuncia actos de abuso. Visibilizar el problema es esencial para cambiar la cultura que lo perpetúa.
8. Evitar la autoinculpación
- • Recuerda que la violencia nunca es culpa de la víctima. La responsabilidad recae exclusivamente en el agresor.
Estas medidas no eliminan el problema estructural, pero pueden contribuir a reducir el riesgo personal y empoderar a las mujeres frente a situaciones de violencia. En caso de emergencia, acude inmediatamente a las autoridades o servicios de apoyo disponibles en tu comunidad.
Fuentes: Naciones Unidas, ONU Mujeres, CEPAL, UNODC.
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