En los últimos años he vivido una vida muy en paz y muy tranquila, exactamente la vida que quiero vivir. He aprendido que lo único seguro en la vida es el cambio y si no aprendemos a vivirlo la vida se nos complica automáticamente. Estaba tan bien y tan feliz viviendo mi vida tranquila que me acostumbré a ella y me olvidé por completo de moverme de lugar, tanto que la vida misma se ha encargado de moverme, y que movimientos, los que menos esperé.
En los últimos dos años he vivido situaciones que si alguien me hubiera dicho que las iba a vivir no tendría ni la más mínima idea de cómo saldría de ellas. Y aunque el tiempo de cambios en mi vida se ha extendido (ya casi por dos años), hasta ahora me aferraba a seguir manteniendo mi misma vida tranquila y a la que estaba acostumbrada y que aun no quiero soltar. Ya entendí que requiero cambiar por decisión propia porque si no me muevo yo a donde yo quiero, el universo se encargará de moverme a donde él le de la gana.
Mi más grande lección en las situaciones que he vivido y que estoy viviendo es la paciencia. Una habilidad que en los últimos años he desarrollado pero que quizás aun no es suficiente para la capacidad que tengo como Ser Humano. Paciencia para mi no es saber esperar, paciencia es sentirme bien aun en las peores circunstancias. Paciencia es la ciencia de la paz. Paciencia es sentirme en paz cuando me sucede todo eso que no espero, que me duele y que ni idea tengo de cómo voy a salir victoriosa de esa situación. Paciencia es dar por hecho lo que quiero, sentirlo y aferrarme a ello aun cuando la “realidad” momentánea dice todo lo contrario a lo que quiero.
Y sí, me sucede como le sucede a todo ser humano, me pasa una cosa y con ella muchas más parecidas, tanto que he aprendido a reírme de mi situación momentánea. He pasado por situaciones que por más que le doy vueltas no se como las voy a resolver, pero siempre algo (milagroso) sucede que me ayuda a solucionarlas de la mejor manera. A veces pareciera que el Universo o Dios envían ángeles para ayudarme y otras veces pareciera que la lección se alarga o es quizás que mi aprendizaje es lento y requiero más paciencia.
En la situación que tengo ahora con mi mamá (que era uno de mis más grandes temores, depender del sistema de salud en Estados Unidos) he tenido mis más grandes lecciones de paciencia, he aprendido a confiar en lo que jamás pensé que podría confiar. He comprobado una y otra vez el poder de mis palabras, pensamientos, emociones y acciones. He visto como creamos la vida los seres humanos, he confirmado que las enfermedades siempre tienen un historial, y no precisamente de genética familiar, sino de patrones heredados, creencias y hábitos; pero sobre todo me ha quedado bien claro que no tengo que luchar con nada, sino más bien fluir con la vida y esperar siempre grandes cosas, lo mejor, es la única manera de que los milagros ocurran. Y en todas estas situaciones he vivido milagro tras milagro.
Quizás en este momento estás pasando por una situación que no te gusta, que te limita, que te duele o que te está causando problemas, en lugar de enfrentarte a ella ¿Por qué mejor no te permites reconocer lo que requieres aprender? Saber tu “para qué” en lugar de volverte loco buscando el “por qué a mi” o “por qué esto”. Estoy segura que si te permites fluir en lugar de luchar cada día en contra de tu situación tu vida y la de los que te rodean puede ser más llevadera. Permítete practicar la paciencia, aprender a sentirte en paz y a estar presente en cada momento para poder resolverlo de la mejor manera. Enfócate en lo que quieres, asúmelo, agradécelo y vívelo cada momento, no importa la “realidad” momentánea que estés viviendo.
La paciencia es una habilidad de vida, desafortunadamente la vida que hemos aprendido (programado) no nos permite aprenderla adecuadamente. Sin embargo está en ti decidirte a aprenderla y practicarla cada día. Te aseguro que si no te decides a aprenderla por ti mismo, el universo se va a encargar de enviarte las lecciones más duras una tras otra. Aunque es probable que nunca aprendas, porque para aprender la verdadera paciencia hay que darnos permiso de activar la consciencia y dejar de creer en el sufrimiento, en el sacrificio, en un Dios que castiga, en que esta vida me tocó, en que así es la vida y toda esa bola de creencias que te mantienen en el aprendizaje eterno y limitado.
¿Hasta cuando te vas a permitir ser paciente y fluir con la vida? ¿Hasta cuando vas a soportar una vida que no te gusta? ¿Hasta cuando vas a decidirte a crear y vivir la vida que deseas? Tú decides, tú siempre decides.
Abrazos y bendiciones,
Patricia Anaya
Patricia Anaya es la creadora del programa, membresía y la comunidad de YoSoyAbundancia.me y autora del Libro para niños "Los Tres Poderes, ¡La Magia de Amarse a uno Mismo! (www.LosTresPoderes.com) y "The Three Powers, Magic to Love Yourself! (www.TheThreePowers.com).
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