Para proyectar una imagen congruente con tu nivel profesional hay muchos elementos a considerar, como por ejemplo: tu apariencia, tu lenguaje no verbal, tu comportamiento en diferentes situaciones, tu comunicación escrita y hablada, y dentro de esta última tu tono de voz.
Un tono de voz adecuado puede marcar la diferencia en juntas de negocios, presentaciones o cualquier interacción profesional. Un tono claro, cálido y seguro transmite confianza y liderazgo, mientras que un tono monótono o inseguro puede generar dudas sobre tus capacidades.
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Voz tenue: Puede indicar falta de seguridad, timidez o falta de experiencia o a juventud. Recuerdo que alguna vez me llamó una mujer que estaba buscando posicionarse en su empresa y me dijo que la mayoría de sus colegas eran mayores y la veían y sentían muy joven, ella quería cambiar eso. Al escucharla, imaginé que sí era una persona muy joven y cuando le pregunté su edad no era tan chica como yo imaginaba. Entonces entendí por qué otros la percibían con esa juventud, su tono al hablar influía en este mensaje.
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Hablar entre dientes: Dificulta la comprensión y debilita la comunicación. Esto influye en el flujo de la conversación ya que quizá tengas que detenerte a pedir que te repitan lo que dicen o trates de adivinar lo que se dice en la conversación. Esto hace que se debilite la comunicación y se pierda la conexión, que es importante en el momento de hablar para fortalecer relaciones y lograr cosas.
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Voz muy fuerte: Puede resultar intimidante o agresivo.
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Respira desde el diafragma: Evita la voz nasal o chillona.
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Mantén una buena postura: Siéntate o párate derecho para proyectar tu voz de manera efectiva
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Sonríe al hablar: Añade calidez y energía a tu voz
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Usa tus manos: Acompaña tus palabras con gestos para evitar la monotonía
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Modula tu tono: Practica bajar o subir el tono según el contexto y el mensaje que quieras transmitir
¿Alguna vez has notado cómo tu tono de voz influye en tus interacciones profesionales?
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