La emergencia sanitaria por el coronavirus ha convertido los hogares en centros de trabajo, escuelas y espacios de juego, multiplicando las responsabilidades de las madres trabajadoras.
“Mamá, la maestra me estresa”. Esa mamá interrumpe su trabajo, escucha la queja que su hija de 10 años suelta en plena sesión virtual y suspira. (Si la maestra la viera, le corregiría hasta la postura para sentarse.) esa mamá tiene encima pendientes de su trabajo, hacer la comida, entregar tareas suyas para la universidad y supervisar las de su hija y su hijo de la primaria. Además, inventarse actividades para distraerles del encierro por el coronavirus. Y algunas no siempre resultan....
¿Dónde está esa vida que difunden las redes sociales, una de descanso en la cuarentena? Para las madres trabajadoras el confinamiento es otro, pues ha incrementado sus horas de labor.
A las tareas remuneradas, más las del hogar y de cuidados, que ya hacían, se sumaron otras. “Incluso hasta ya soy peluquera”, cuando muestra la foto de su pequeña de 10 años con nuevo corte.
El Convenio 156 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que las empresas y gobiernos deben adecuar sus normas para proveer flexibilidad laboral para fomentar la conciliación de trabajo y familia.
El problema es que para muchos la flexibilidad era el trabajo en casa. Pero en una pandemia el home office, al menos para las madres, ha demostrado que requiere otro tipo de flexibilidad .
En México, hay casi 16 millones de madres trabajadoras, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Ese organismo indica que 30% de los hogares está a cargo únicamente de mamás. Además, mientras las mujeres hacen 40 horas de trabajo doméstico y de cuidados a la semana, los hombres le dedican 14 horas...
También son las que tendrán un mayor impacto por esta pandemia. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT)son ellas quienes conforman mayormente el mercado informal, donde hay más pérdidas de plazas sin una liquidación.
A eso se suma la brecha salarial. En México, en promedio, las mujeres ganan 30% menos que los hombres por hacer el mismo trabajo y tener el mismo puesto en la empresa.
Rutina multitrabajo
A las 8:30 de la mañana esa mamá ya tiene que estar lista para conectarse con el equipo de trabajo. Su jornada laboral pagada, que por ahora realiza desde casa, sigue siendo a partir de esa hora y hasta las 5 de la tarde. Cada día hay una reunión virtual para reportar actividades.
Pero para esa hora ya debió haber preparado el desayuno para ella y su familia. “Me apoyo un poco con mi esposo, para que mis hijos, de 10 y 11 años, tomen sus clases en línea”.
Sin embargo, cualquier momento le hablarán para preguntarle algo. O ella se dará cuenta que se están distrayendo y les ayudará a volver a concentrarse. A media tarde hace una pausa en el trabajo para preparar la comida y sentar a la familia a la mesa.
Después de las 5 de la tarde revisa tareas, les ayuda a sus hijos a hacer alguna actividad recreativa y trata de dejar todo listo para el día siguiente: adelantar la preparación de alimentos, lavar la ropa, ordenar la casa.
A eso de las 11 de la noche comienza a hacer su tarea de la universidad. Se acuesta a dormir entre 2 y 3 de la mañana. En menos de cuatro horas tendrá que estar despierta otra vez. Apenas había iniciado a estudiar en línea la Licenciatura en Mercadotecnia cuando el coronavirus le trajo más trabajo del que tenía.
Desde el 20 de marzo la Secretaría del Educación Pública (SEP) suspendió las clases para evitar mayores contagios de Covid-19. Y quizá esa idea propagada sobre que en la cuarentena no hay nada que hacer, ha provocado que la escuela les mande gran cantidad de actividades a las niñas y niños.
Y no es sólo su percepción. Otras mamás ya lo comenzaron a hacer notar en el grupo de WhatsApp. “No es queja, pero es mucha tarea la de esta semana, todavía no podemos con la de la pasada. Ni cuando estaban en clases, siento que es demasiado”, escribieron.
Antes de esta situación, por las mañanas llevaba a sus hijos a la escuela y pasaba con su suegra a dejarle la comida que les había preparado. Por la tarde, la abuela los recogía y los llevaba con ella. En la tarde-noche los papas de los niños estaban ya ahí para llevárselos a casa.
Normalmente las redes en las que otras mujeres se apoyan para descargar trabajo están conformadas por otras mujeres. “En mi caso”, dice esa mamá, “a pesar de tener la ayuda de mi esposo, tengo que estar pendiente de que todas las actividades se realicen”.
Se necesita que los hombres se hagan corresponsables “para que la carga no sólo quede en nosotras”, dice. También opina que los gobiernos y las empresas deberían dar apoyos a las madres trabajadoras.
Paciencia y agradecimiento
Esta mamá trabaja en el área de ventas de una revista especializada en tecnología. “Desafortunadamente han bajado mucho las ventas” desde que la crisis sanitaria por la enfermedad Covid-19, comenta.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo, 40% de las trabajadoras en América Latina están en el comercio, restaurantes, hoteles o son trabajadoras del hogar. “Estos son los sectores más afectados y los empleos menos protegidos en la crisis económica desatada por el coronavirus”.
Estamos pasando por momentos difíciles: “Sí desespera esta situación. Me gustaría que pasara rápido, estar en movimiento y salir, pero sé que hay que tener paciencia”, dice esa mamá pese a que lleva pocas horas de sueño.
Entre tantas ocupaciones tiene otras, que son pasar tiempo con su familia: “ver películas, juegos de mesa, escuchar música. Creo que es un buen tiempo para analizar y valorar lo que tenemos en casa, a nuestra familia”, Y en su caso, “que tengo trabajo”.
Cuál es tu experiencia? Cuéntame, estoy para escucharte y acompañarte!
IG, FB e LN: @coachginavega
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Por todo lo que hace en casa.