Muchas veces en la pareja, la crisis comienza cuando una de las partes se cuestiona su propia identidad, en quién se ha convertido…
Y, muchas veces, esa persona que es ya no le gusta. Las partes perdidas, la falta de vitalidad, el aburrimiento, son la antesala para querer explorar nuevas opciones, entre ellas, la infidelidad, la crisis de los 40’s, las discrepancias con la pareja contantes. Todo cae gordo, nada acomoda, solo hay un sentimiento de desesperanza y falta de motivación para continuar.
Toda crisis nos invita a descubrir nuevas herramientas y significados de las cosas; sin embargo, muchas parejas no sobreviven a estos cambios; de ahí, la importancia de trabajar juntos en la construcción de la relación, el compromiso y el erotismo como antídoto de una crisis que se pueda convertir en un desastre colosal.
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