Siento que parte de los malos entendidos entre las personas con las compartimos la vida, son porque no sabemos realmente escuchar lo que el otro quiere decirme, no sólo con palabras, sino también con la mirada, el tono de la voz y su lenguaje corporal.
Para poder comunicarme tengo que hacer estas cosas:
Darme cuenta de ti (descubrirte), hacer que te des cuenta de mí (descubrirme yo mismo) y estar listo para cambiar durante nuestra conversación y dispuesto a revelarte mis cambios.
Las relaciones son parte fundamental de nuestra vida, saber escuchar la necesidad del otro, de ponerle atención a qué necesita… es dejar de hacer lo que estás haciendo y verle a los ojos, decirle aquí estoy en atención completa para ti.
Si ignoramos la demanda emocional y respondemos sólo con palabras, no habrá comunicación, nos sentiremos frustrados y la puerta se cerrará.
El sentido de toda comunicación es que este viva, ir más allá de ti y de mi para alcanzar un nosotros.. Si nos comunicamos realmente, puedo aceptar que tu vida es distinta a la mía y sin embargo, puedo participar de ella y tú también compartirás la mía. Saldremos de nosotros mismos y seremos algo nuevo.
Aprender a ser como un espejo, escuchar y reflejar energía positiva, empatía, no interrumpir, ni corregir, aconsejar, si no hay nada verdadero, nuevo y útil que decir es mejor quedarse callado.
Una práctica fundamental es hablar sólo lo necesario para acostumbrarnos a escuchar. Hacerle saber con palabras cortas que estamos presentes … “claro”, “comprendo”, “ah”… etc. Además de nuestro lenguaje corporal que con movimientos que lo reafirmen.
Escuchar es un poder, nos permite conocer a los demás, crecer, aprender y comprender las verdades fundamentales de otras personas.
¿Será por algo que tenemos dos orejas y una boca?
Brilla siempre
Meg
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