Si crees que ya va siendo tiempo de darle una buena remodelada a tu vida, si tu existencia ya cayó en un letargo, si no te hace ninguna ilusión el nuevo día, si quieres cambiar el rumbo de tu existencia para darle más brillo y color, te recomiendo que te plantees varias preguntas que te pongo al final de esta colaboración.
Por lo pronto reflexionemos juntas sobre el ave que domina los cielos, vuela alto y es espectacular. Es el águila. Las hay de varios tipos. El águila pasa por un proceso de transformación increíble. Para empezar quiero decirte que es el ave que posee la mayor longevidad de su especie. Llega a vivir 70 años. Para llegar a esa edad cuando cumple 40 años de vida tiene que someterse a cambios profundos, y es que sus uñas curvas y flexibles ya no consiguen agarrar a las presas de las que se alimenta. Su pico alargado y puntiagudo también se curva, apuntando contra su pecho. Las alas, envejecidas y pesadas por las gruesas plumas le impiden seguir volando ligeramente. Entonces el águila tiene sólo dos alternativas: Morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido, próximo a una pared, donde no necesite volar. En ese lugar el águila comienza a golpear con su pico contra una superficie rocosa hasta conseguir arrancárselo. Debe esperar semanas a que nazca un nuevo pico con el cual después va a arrancar sus viejas uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, prosigue arrancando sus viejas plumas. Y después de cinco meses , sale victorioso para su famoso vuelo de renovación, y entonces dispone de 30 años más de plena y fortalecida existencia.
Para renovarnos tendríamos que copiar al águila en algunos aspectos de su proceso. Tal vez haga falta resguardarnos por algún tiempo, reflexionar sobre algunas preguntas, para después reanudar el vuelo, un vuelo victorioso y alcanzar nuevas cumbres, sin ataduras, con libertad de ser quienes estamos llamadas a SER.
Te comparto estos 8 puntos a meditar para que tengas una renovación con significado.
- ¿Qué es lo que en verdad quieres renovar en tu vida?
- ¿Para qué lo quieres renovar?
- ¿Qué precio estarías dispuesta a pagar?
- ¿De qué te tendrías que despojar?
- ¿Qué necesitas ahora para lograrlo?
- ¿En qué habría cambiado tu vida si alcanzas la renovación deseada?
- ¿Hay alguien a quien puedas afectar con eso?¿De qué forma?
- ¿Cómo te premiarás personalmente si logras esa transformación?
Recuerdo la frase “renovarse o morir”, y no es que nos vayamos a morir en sentido literal, pero vivir sin sentido, con amargura, pensando en que estamos desperdiciando nuestra existencia, es un poco como ir muriendo internamente. Los seres humanos estamos diseñados para renovarnos constantemente capitalizando las experiencias de la vida, buenas o malas. Y tú, ¿qué quieres hacer con ellas?
¡Bendiciones!
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