Las mujeres se comunican a través de las redes sociales cada vez más y son más participativas que los hombres. Esto logra una multiplicidad de relaciones sociales que no se producirían de otra forma ya que gracias al internet no existen las fronteras ni distancia entre las personas. Al desaparecer el contacto físico y la interacción personal, cara a cara, se puede distorsionar la realidad.
En base a un estudio publicado por un grupo de investigadores de las universidades de Northwestern, Winsconsin, Harverford y Toronto, las parejas con mayor tendencia a publicar en las redes sociales son las que se encuentran más inseguras sobre sus relaciones sentimentales. Por su parte, aquellas parejas que no suelen exponer su vida amorosa son las más consolidadas y se sienten más seguras con su relación, según un informe elaborado por Personality and Social Psychical Bulletin. Un reciente informe de la Real Sociedad para la Salud Pública del Reino Unido revela que los usuarios tienden a angustiarse al compararse con quienes aparecen en estas plataformas en situaciones y contextos placenteros. Esto se debe a que el ser humano tiene una tendencia natural a compararse con los demás y, por lo general, con mayor intensidad con las personas que tiene más cerca.
Cada vez más personas comparten versiones distorsionadas de su vida porque las redes sociales nos permiten aparentar al no poderse comprobar si lo que decimos es auténtico o no. Podemos construir la imagen que queramos de nosotras y ponerla como una realidad en nuestros perfiles.
En ocasiones, lo que publican otros nos parece envidiable, porque muestra la vida que quisiéramos tener y como nos hace sentir fracasadas, buscamos proyectar una imagen personal de éxito y publicar fotos, para que la gente nos admire y nuestros seguidores no vean lo que no nos gusta de nosotras. De ahí el peligro de decidir si quieres conocer a una persona a partir de su foto.
Cuando a una de nuestras fotos empiezan a darle “like” muchas personas, nuestra vanidad crece, pero cuando no tenemos esa aceptación, nos sentimos invisibles y buscamos publicaciones que generen interés, pero podemos desarrollar una dependencia ya que la reacción positiva de la gente se convierte en adicción.
Las redes sociales nos permiten controlar con gran precisión la imagen que ofrecemos a los demás. Es una gran oportunidad de mostrar nuestro yo ideal, pero la vida no es perfecta, es mucho más diversa. A veces duele y a veces es espléndida. Eso es la vida real ni lo es todo lo que vemos en las diversas redes sociales.
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