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¿Envidias o te envidian?

¿Hay algo de positivo en la envidia?

A mí entender, no.

Envidiar a otro es malgastar el tiempo.

Quien envidia, arruina su ánimo.

Quien envidia, suele juntarse con personas envidiosas, esto es, personas que salen a perder porque consideran que, quien ha logrado ‘algo’ ha sido por ‘suerte’ (que cada cual entienda lo que quiera por ‘suerte’). Quien envidia pierde su tiempo criticando y esparciendo maledicencia en vez de centrarse en mejorar.

Los envidiosos suelen ser personas que se consideran ‘perdedoras’, aunque ellos, y ellas, nunca lo reconocerán. ¿Cómo sino iban a emplear su tiempo en difamar, criticar… en vez de seguir su camino? La gente envidiosa no se centra en sus capacidades. Y, no lo hace porque considera que no las tiene debido a que, un ‘dios’ caprichoso, repartió mal y se olvidó de ellos. Los perdedores siempre tienen una excusa.

¿Se nace perdedor?

No.

Nacemos con todo el equipo de capacidades, luego cada uno de nosotros las desarrolla como quiere. Obviamente, influye el entorno familiar y social, aunque no son la variable dominante. De serlo, todos los nacidos en el mismo tipo de entorno se comportarían y evolucionarían de la misma manera y, eso no es así (existen estudios que lo prueban).

La persona aquejada del ‘síndrome del perdedor’ /mediocre (persona instalada en la mediocridad), suele ser una persona que echa la culpa a los demás (léase Dios, el vecino, el jefe/a, el gobierno, la parfeja, los padres, la vida…), de lo que le sucede, no asumiendo responsabilidad alguna. Es algo así como un niño o niña caprichoso que quiere que se lo den todo hecho porque ¡él/ella, lo vale'. Actitud que lleva a la conclusión de que, el envidioso, a su vez, también se lleva mal con la frustración.

Podemos ‘envidiar’ sanamente, me refiero a fijarnos en alguien que ‘es’ más que nosotros o cuyos logros admiramos' con el fin de elevarnos, mejorar, progresar, o simplemente inspirarnos en esa persona: “Sí otro puede, yo también”. La envidia puede ser positiva, o tener un sentido positivo si, al darnos cuenta de que ‘envidiamos’, nos paramos a reflexionar acerca del por qué de ese sentimiento de envidia.

La mujer, en general, ha sido presa del síndrome del perdedor, por cuanto ha usado la crítica destructiva cuando de otra mujer se trataba. ¿Se es envidiosa porque se es mujer? NO en mayúsculas. Cuando una mujer echa mano de la envidia es porque tiene la autoestima baja y, consecuentemente, su sentido de valía o de valiosidad está mermado, mareado, perjudicado. ¿Cómo llega a sentirse inferior una mujer? A base de consignas destructoras de la estima, de la valía. Sí desde pequeña le han dicho que ’no vale’, o le han enseñado a envidiar en lugar de esforzarse por mejorar y progresar y, si de adulta, ha seguido procediendo igual respecto de sí misma, al final, no le ha quedado otra que ‘envidiar’ a toda mujer que sea líder de su vida. La mujer que se siente inferior respecto de otra usará la envidia para justificar el ‘igualar a la otra hacia abajo’.

Nadie es mediocre sino se empeña en ello. 

Si todas las personas se dedicarán a usar sus dones en lugar de perder el tiempo envidiando o tratando de imitar a alguien... la mediocridad no existiría.

Ahora se han inventado eso de la ‘sororidad’. No, señoras, no. La sororidad debe incluir tambien a los hombres. Una mujer no es merecedora de la sororidad por el hecho de ser mujer, no. Lo es, o debe serlo, en base a su calidad moral, espiritual, humana.

• Una mujer líder-esa (ahora también lo llaman ‘empoderada’/empowered), animará siempre a otras mujeres a ser lo mejor de sí mismas, hará de mentora, será un faro para ellas, verá en ellas su lado bueno y tratará de enseñarlas a brillar su luz sin miedos y sin tapujos.

Una mujer líder-esa tiene muy claro quién es, que nadie te regala nada, que no existe la mala ni la buena suerte sino unos resultados a los que se contribuye por acción u omisión y que, siempre-siemprte, debe negociar con ella misma los pros y los contras de sus decisiones, y lidiar con las consecuencias y con los resultados (tanto los que le gustan como con los que no).

Una mujer líder-esa no pierde el tiempo en envidiar ni en relacionarse con mujeres que la envidian o que no respetan su luz. ¿Para qué perder el tiempo en aquellas personas (hombre o mujeres), que sólo quieren igualarte hacia abajo, o sea, que te envidian?

A las mujeres que se sienten inferiores o presas del síndrome del perdedor se las ve venir o se las huele a distancia.

Señales que debemos buscar con el fin de averiguar si es 'envidiosa' o no una persona:1-¿De qué tipo de mujeres se rodea? Si son 'pretenciosas', no son lo que parecen ni parecen lo que son debajo de su 'máscara' (personalidad de supervivencia), toma nota porque, la cosa, no pinta bien.

• 1-¿Cómo habla de su madre y de otras mujeres de su familia? Si habla mal, toma nota, no es buena señal.
• 2-¿Cómo habla de los hombres? Si habla mal, si los critica... es mala señal.
• 3-¿Va de víctima, se queja? Apunta a alguien que no se hace cargo de sí misma.
• 4-Cuando se relaciona contigo personalmente, ¿te alaba, te critica, presume de lo que tiene? Las que se sienten inferiores respecto de otra mujer suelen ‘presumir’ de algo que saben que ellas tienen en mayor cuantía que la otra (poder, dinero, status social, títulos académicos, amistades…), o simplemente ‘tener’ (pareja, marido, cargo, casa…).
• 5-¿Te restriega por la cara ‘sus logros’, ‘sus cargos’…?
• 6-Si le haces un favor, ¿es agradecida, cuenta contigo?
• 7-¿Te echa una mano si ve que la necesitas?
• 8-¿Cuenta tan sólo con mujeres ‘importantes’, famosas…?
• 9-¿Valora lo externo, esto es, se fija sólo en el cargo, los contactos sociales, tu estatus o por el contrario, te admira y valora simplemente por ser la persona que eres/tus cualidades innatas?

Una mujer puede tenerlo ‘todo’ (permitidme que lo entrecomille), a saber: marido, status social, éxito profesional, belleza, dinero… etcétera etcétera… Y, sin embargo, sentirse inferior a otras mujeres, ello se debe a que la autoestima no se nutre de elementos externos sino interiores. El que una mujer se sienta segura de sí misma y saque a pasear su dignidad en nada tiene que ver con lo exógeno. La seguridad, la dignidad, el amor propio hunden sus raíces en el alma, en lo más profundo de la psique. Para muestra la Madre Teresa de Calcuta. Por eso, por más 'que tenga de elementos externos', su autoestima seguirá depauperada, hambrienta de verdadero amor. Asimismo, su inteligencia emocional estará muy perjudicada y será pura fachada.

No deberíamos sentirnos inferior a nadie, y mucho menos, permitir que alguien nos iguale hacia abajo o nos inferiorice.

Nadie es más que nadie.

Nadie es menos que nadie.

Lo externo (fama, estatus, dinero, poder, prestigio…), se queda aquí al irnos. Mi abuela Maríarosseta solía resumirlo en un: ‘Más es el fosero que nos da tierra”.

El envidiar se tiene que acabar. Dedicar energías a envidiar a otra persona, NO merece la pena a la larga ni a la corta. Cada uno de nosotros debemos hacer nuestro camino a nuestra manera, contando con nuestra escala de valores, principios y creencias.

• Las preguntas que, al menos una vez al año, deberíamos hacernos. Cuando te vayas de este mundo:

1. ¿Qué querrías llevarte en las alforjas de tu alma?
2. ¿Qué no querrías haberte perdido?
3. ¿Qué te podrías haber ahorrado?

Las respuestas deben servir para animarnos a cuidar de nosotras mismas, para dignificarnos, facilitarnos la vida, vivir siendo fieles a nuestro sentir y honrando el alma que somos. Las personas, sólo tenemos una vida/oportunidad para ser lo mejor de nosotras mismas, para brillar nuestra luz, la luz única e irrepetible del alma que somos más allá de la vida humana.

Sal a ganar, no a envidiar ni a fomentar la mediocridad.

© Rosetta Forner 29.11.23

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