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Los seres humanos tenemos nuestras prioridades en estado de confusión. Hacemos precisamente lo que nos daña y postergamos lo que nos hace bien.

Estaba platicando con una de las coordinadoras de uno de los talleres del dinero que estaré impartiendo en varias ciudades de México y me dijo que a la gente se le hace cara la inversión.

Considerando lo absolutamente caro que nos cuesta tener una mala relación con el dinero creo que existe una negación en hacer un cambio positivo para aprender una herramienta que servirá para el resto de la vida.

Para darle claridad a las cosas hagamos matemática pura y sencilla. Si el taller te cuesta en México $1200 pesos y lo divides por el número de años que consideras vas a vivir y luego lo divides eso entre 365 días que tiene el año, ¿cuánto estás invirtiendo? Por ejemplo yo pienso vivir por lo menos 40 años mas que son 14,600 días y ahora dividimos y son $0.082 o sea menos de 1 centavo al día. Wow, ¿qué nos cuesta menos de 1 centavo al día?

Ahora veamos cuanto cuesta tener una mala relación con el dinero, cuanto cuesta ponerle valor monetario al estrés, el coraje, la frustración de no tener el dinero que se necesita al día o de no saber administrarlo y vivir siempre endeudada pagándole intereses a un banco que no aprecia tus esfuerzos. Hay miles de personas que no saben ni siquiera cual es el tipo de interés que le están pagando a las tarjetas y en un país como México los porcentajes son altamente ridículos.

Un ejemplo claro es el siguiente: si tienes una deuda de 10 mil pesos con un banco y el interés está al 24% anual y lo pagas en un plazo de 5 años terminarás pagando 19, 316.25, ¡no te parece increíble!

Una mala relación con el dinero es negarnos una vida de bienestar, es estarnos quejando constantemente de que el dinero no alcanza, sentir frustración por no recibir el sueldo que sabemos nos merecemos por todos los talentos que tenemos. También es que las parejas se divorcien por asuntos de dinero. Las consecuencias de una mala relación son múltiples y variadas y aunque no vemos el costo en números, en pesos y centavos, es altísimo.

Tenemos tanta confusión con los números y tanta resistencia que preferimos usar excusas pobres, como la pobreza que cargamos, para no hacer los cambios y realmente darnos cuenta que sí tenemos el control.

¿Cómo evitar este auto-sabotaje? Haz una lista de tus prioridades y respetarlas porque cuando no lo hacemos nuestra autoestima baja. La próxima vez que algo se te haga caro, quítate el velo de confusión y ve realmente el costo real de no tomar una decisión que te empodere.

En sororidad y suficiencia

Aurora Medina

Especialista en la Psicología del Dinero