Durante nuestras crisis de La Edad Madura, las preguntas están presentes constantemente, ¿decido cambiar, tomo mis actos sin miedo, me respondo y haré efectivo los resultados?
La mayoría de nosotros nos preocupamos más por nuestra reputación que por nuestro carácter, pero si recordásemos que nuestro carácter constituye lo que somos en realidad, y olvidásemos que nuestra reputación sólo es lo que los demás creen de nosotros, entonces, empezaríamos por las preguntas que nos tienen atorados, y lo que nos dará un mejor presente, y una respuesta, para un excelente mañana.
Si tu principal valor fuese la libertad, la pasión, la aventura y el poder, obviamente tomarías decisiones diferentes a otras personas que pensaran en que sus valores son la seguridad, la comodidad, la intimidad y la salud, ¿Crees que una persona cuyo valor principal es la aventura toma decisiones de la misma forma que otra cuyo valor principal es la seguridad?, ¿Crees que estas dos personas pueden conducir la misma clase de coches, ir de vacaciones al mismo lugar, ejercer la misma profesión? Desde luego que no.
Recuerda que tus valores, sean cuales fueren, influyen a la dirección que tomes en tu vida. A través de nuestras experiencias en la vida, todos hemos aprendido que ciertas emociones nos aportan más placer que otras.
Si entendiésemos que las preguntas solucionan problemas, más de la mitad de la humanidad tendría una mejor calidad de vida. La clave consiste en desarrollar una pauta de preguntas bien consolidadas que nos den más poder. Tu y yo sabemos que siempre habrá momentos en que nos encontremos con eso que solemos llamar “problemas” que nos obstaculizan al progreso personal y profesional. Todos tenemos que enfrentarnos ante esos “regalos” que la vida nos da, sin importar la fase de la vida que hayamos alcanzado, nadie nos libramos de esos regalos. La cuestión no es si vamos a tener problemas, sino cómo vamos a enfrentarnos a ellos cuando aparezcan.
Me di cuenta que en mis momentos de Crisis en la Edad Madura las preguntas me harían cambiar inmediatamente mi estado de ánimo, y permitirme al acceso a recursos y soluciones, y comencé a preguntarles a las personas que habían pasado por la crisis de la edad madura cómo lograron salir del problema. Descubrí que hay preguntas que parecen totalmente necesarias, y son éstas cinco que utilizo para afrontar cualquier tipo de problemas que me surjan y les aseguro que éstas han cambiado absolutamente la calidad de mi vida. Si eliges utilizarlas, harás lo mismo por ti:
Preguntas que solucionan problemas
• ¿Qué tan grande es éste problema?
• ¿Qué hay que no sea perfecto todavía?
• ¿Qué estoy dispuesta a hacer para lograr que sea como yo quiero?
• ¿Qué estoy dispuesta a no seguir haciendo para lograr que sea como yo quiero?
• ¿Cómo puedo disfrutar del proceso, mientras hago lo necesario para lograr que sea como yo quiero?
¿Qué hay de grande en ese problema? “absolutamente nada”, porque me di tiempo para mi, mis amigos, mi pareja, mi familia, y canalizando ese tiempo no había problema. Los problemas los creamos “tan grandes” que te quitan tanto tiempo y energía que no te das cuenta de lo que dejas de hacer, darle prioridad a las cosas como a las personas, y así encontrarás respuesta a tu pregunta.
¿Qué hay que no sea perfecto todavía? Implican claramente que las cosas serán perfectas en algún momento, esta pregunta no solo te ofrece nuevas respuestas, sino que al mismo tiempo te alienta.
¿Qué estoy dispuesta a hacer para lograr que sea como yo quiero? Estaba dispuesta a organizar mi vida, a ser más equilibrada, a tomar el control y aprender a decir que no.
¿Qué estoy dispuesta a no seguir haciendo para lograr que sea como yo quiero? Sabía que no podía seguir quejándome y gimiendo sobre lo injusto de la situación, ni seguir sintiéndome utilizada cuando, en realidad, la gente trataba de apoyarme.
¿Cómo puedo disfrutar del proceso, mientras hago lo necesario para lograr que sea como yo quiero? Quizá sea la pregunta más importante, lo que descubrí que nada ni nadie podría tener el control de mis emociones, de mis actos, de mis pensamientos, tenía que saber empatar mis responsabilidades con mis diversiones, es decir, porqué tenía que sentirme cansada, frustrada y sensible en el proceso de mis decisiones, simplemente empecé por darme tiempo para sonreír, relajarme y conocer que durante éste proceso solo cabía una sola cosa: yo controlaba los acontecimientos.
Si tienes presentes estas preguntas, tienes una pauta de cómo enfrentar los problemas durante tu crisis de La Edad Madura, esto cambiará instantáneamente tu enfoque y te permitirá acceder a los recursos que necesitas.
“El que no puede preguntar, no puede vivir” Proverbio antiguo.
Recuerda, Tú tienes el Control, Tú eres lo más importante. Que Dios te bendiga, nos vemos el próximo martes. Gracias.
Comentarios
Angy! ¿Cómo estás? Espero que bien!
Creo que estas crisis que nombras vos no sólo se dan en la edad madura. En mi opinión están siempre presentes, sólo que en la edad madura quizás podemos tomar conciencia de ellas y "dar una vuelta de rosca" a la forma de plantarnos antes la vida, nuestra vida.
Las preguntas están muy buenas, y creo que el principal paso hacia adelante en este tipo de situaciones es lograr ver el problema de manera objetiva, de forma tal que lo podamos percibir como lo que realmente es. Eso nos ayudará a salir adelante y sobre todo a bajar la ansiedad, la angustia y la preocupación que nos genera sentir que los inconvenientes son más grandes que nosotras o que nuestra capacidad para resolverlos.
Un beso grande desde Bs. As.!
Kary