¿Qué prioridad le das a los correos que vienen sin asunto? ¿Realmente lees su contenido o los dejas para después? En un mundo donde la saturación digital es la norma, lo que nos hace abrir un mail es, sin duda, la claridad.
Cuando escribes un correo electrónico, es necesario poner siempre el Asunto. Considerando que en la actualidad los correos se usan tanto para información de trabajo como personal, es básico saber a qué mensajes darles prioridad. No solo es frustrante para quien recibe un correo vacío encontrar que el tema no tiene importancia, sino que habla de una falta de interés por parte de quien lo mandó al no mencionar de qué se trata.
La pérdida de oportunidades
Tu comunicación escrita es una extensión de tu Presencia Ejecutiva. Cuando tu correo es muy importante y no es leído al instante por no traer asunto, puedes perder oportunidades valiosas; simplemente no tienes la garantía de que contesten mensajes que necesitan una respuesta prioritaria.
Además, existe un factor técnico: los filtros de spam de las compañías buscan palabras clave para filtrar correos no deseados. Si no pones asunto, es probable que tu mensaje nunca sea leído. Tienes que agregar valor en el tema cuando redactas, especialmente si se trata de un prospecto o un cliente.
Concisión y el "grito" digital
El tema del asunto tiene que ser conciso y concreto. Pero cuidado: poner todas las letras en mayúsculas puede significar que estás gritando.
En una ocasión, me mandaron un mail que decía: ¡¡¡A T E N C I O N!!!!. No lo abrí pensando que era un chiste o publicidad irrelevante, y resulta que era una instrucción importante de una compañera de trabajo. Esta anécdota refleja cómo un mal manejo del asunto puede silenciar un mensaje crítico.
Toma en cuenta estos detalles y verás cómo tus correos causan una mejor impresión y, sobre todo, siempre serán leídos. Tu comportamiento digital refleja lo profesional que eres; demuestra que eres una persona que respeta el tiempo de los demás y que cuida su imagen en cada interacción.
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