He aprendido a vivir una vida simple donde no hay bueno ni malo, no hay correcto ni incorrecto, no hay aciertos ni errores, no hay mejores ni peores, no hay éxito ni fracaso, no hay verdades ni mentiras, no hay “deber ser”, no hay “tener que”, no hay “así es”…He aprendido a vivir una vida donde yo decido lo que quiero y todo lo demás, simplemente es. He aprendido a fluir con mi vida, pero con dirección, sí, no lo dejo todo a Dios ni al Universo. Mi vida la dirijo yo, ese es mi más grande poder como ser humano, mi libre albedrío para saber lo que quiero y lo que no quiero en mi vida. Lo demás es lo de menos.
Pareciera un poema lleno de fantasías, sin embargo no es fantasía es mi realidad en este momento y desde hace algunos años. Para muchos esto pareciera una vida sin sentido y aburrida, en cambio para mi es una vida plena llena de paz y armonía que cada día me reta más a experimentar mi grandeza y sabiduría interna. ¿Como he logrado esto? Ha sido un proceso de muchos años, empezando por abrir mi mente y liberarla de tanto cochambre y conceptos limitantes que me robaban mi verdadero poder y aprendiendo a usar a mi favor mi imaginación y mi fe al mismo tiempo todos los días.
La vida es movimiento, es cambio constante, y es a lo que más miedo le tiene el ser humano, al cambio. Somos seres de hábitos por naturaleza, pero eso no impide que aprendamos a fluir con el cambio. Yo he aprendido que si nos quedamos atrapados en nuestras rutinas diarias la vida (tu medio ambiente) se encarga de moverte, y te mueve a donde no quieres, es decir a la zona de problemas, sacrificio, lucha, conflictos, etc. En cambio cuando yo decido moverme por mi misma y fluir con el cambio, la vida la dirijo yo y me muevo a donde yo quiero. Es por eso que opté por amigarme con el cambio y disfrutarlo.
El cambio para mi es un proceso que toma su tiempo. No se da de la noche a la mañana como todos quisiéramos. Y ese es el primer obstáculo para muchos. Viviendo en una sociedad donde todo lo queremos rápido y sin mover un dedo, la mayoría prefiere victimizarse que responsabilizarse y hacer el cambio. Hay muchos que inician el cambio pero no lo terminan, prefieren regresarse a la zona rutinaria (“cómoda”).
El cambio tiene tres etapas:
La primera es la etapa de la Consciencia. Todo cambio para bien es consciente, no se puede hacer ningún cambio si la persona que requiere el cambio no está totalmente convencida de que el cambio es para su bien. Nadie puede cambiar a nadie más que uno mismo.
La segunda es la etapa de la Crisis. Aquí es donde la mayoría abandona. Crisis significa crecer. No hay cambio sin una crisis, sin embargo esta no es una etapa de “problemas” es una etapa de adaptación, aprendizaje y programación mental. Esta es la etapa donde la propia mente humana se revela, ya que la mente del ser humano está diseñada para rechazar el cambio. En esta etapa lo que se requiere hacer es una programación mental para facilitar el proceso, practicar la fe, la confianza y el enfoque. Esta es la etapa donde se iguala lo que quieres con lo que crees, si no el cambio no se logra. Entre más suba tu nivel de credibilidad (fe) más rápido es el cambio. Entre más te enfoques en los “problemas” y circunstancias más lento y complicado es el proceso.
La tercera es la etapa de Confortabilidad. Después de pasar la crisis llega esta etapa, la cual es cuando ya programaste las creencias y hábitos que se igualan al cambio que tú decidiste hacer. En esta etapa ya está hecho el cambio y empieza tu nueva zona de confort.
¿Qué cambios requieres hacer en tu vida para vivir la vida que deseas? Tú eres el único que puede decidir los cambios que quieres hacer en tu vida y tú eres el único que decide fluir con el cambio o complicarse la existencia. Hay millones de personas que viven en una crisis extendida simplemente porque no saben cómo programar su mente e igualar lo que quieren con lo que crees. Si ya lo sabes, ¿por qué te sigues resistiendo a aprender a programar tu mente? ¿Por qué quieres seguir haciendo las cosas solo con fuerza de voluntad? O peor aun, haciendo lo mismo queriendo resultados diferentes.
Es urgente abrir nuestra mente y empezar a desaprender lo viejo, y todo lo que nos sigue manteniendo en la mediocridad. Es urgente empezar a programar información (creencias y hábitos) que vayan de acuerdo a la vida que deseo vivir. ¿Qué esperas para hacerlo?
En el video en vivo hablo sobre este tema y te explico mucho más, te recomiendo ampliamente que lo escuches: El Cambio
Abrazos y bendiciones,
Patricia Anaya
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