Me encanta pensar en cómo es el cielo.
Sé que es la paz, la verdadera felicidad, es el lugar adonde se llega a descansar de todo aquello a lo que me obliga el mundo de la materia.
En el cielo se encuentra el recuerdo de las almas de todos los seres buenos, los que sirvieron, fueron humildes, perdonaron y amaron.
Hoy sé que ese cielo se ubica en mi mente y en mi corazón, y puedo acudir a él cuando me lleno de armonía y silencio.
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