Puede que sea en base a nuestras memorias del pasado, cuando emitimos juicios de valor frente a lo que ocurre, y lo catalogamos como bueno, malo, correcto o incorrecto. Y es que tenemos prejuicios, nos quejamos, dudamos, criticamos… y actuamos a partir del miedo, la baja autoestima, la arrogancia, el egoísmo, la avaricia, la desconfianza, el tener razón, la falta de compromiso, etc.
O bien, podemos decidir que nuestras actitudes sean en base a la inspiración, como la humildad, que es tan importante. También mantenernos positivos y dispuestos a la colaboración, soltar los apegos, seguir la propia pasión, confiar, valorar nuestros talentos y los de los demás, el compromiso, el afán de servir, el soltar…
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