NOS ENSEÑARON A SER FUERTES, NO A SOSTENERNOS

13553696293?profile=RESIZE_400x

Y a veces, el dinero solo prolonga el agotamiento.

Hacer más dinero no siempre sana.

A veces solo te permite seguir funcionando cuando ya no puedes más.

Con tacones o con crocs. Con hijos o sin ellos.

Con la agenda llena y el alma vacía.

Yo también creí que si ganaba más, dolería menos.

Que si podía sostener a todos, lo mío podía esperar.

Pero el cuerpo no espera.

Las emociones tampoco.

El dinero, cuando se convierte en escudo, se transforma en muro.

Y detrás del muro… hay una mujer cansada, silenciosa, muchas veces sola.

Nos enseñaron a ser proveedoras emocionales, cuidadoras, salvadoras.

A sobrevivir. A resistir. A resolver sin hacer ruido.

Y también a sentir culpa cuando al fin pensamos en nosotras.

Hasta que algo dentro dice basta.

Y aparece esa voz que incomoda,

pero también empieza a liberarte:

“No puedes seguir postergándote detrás de tu éxito.”

Ese fue mi fénix.

No el glamoroso, sino el real:

el que llega entre lágrimas, caos y verdad.

El que te obliga a verte sin maquillaje emocional.

Ahí entendí que el dinero no me iba a salvar.

Pero sí podía ayudarme a dejar de desmoronarme.

A dormir sin sobresalto.

A decir “no” sin explicar.

A tener un fondo para mí, y no solo para emergencias ajenas.

Desde entonces, decidí usar el dinero como una forma de autocuidado.

Como un lugar para reencontrarme, no para esconderme.

Y sí, estoy construyendo un espacio para eso.

Un lugar donde hablar de dinero no sea hablar de logros,

sino de heridas, de límites, de deseos.

De volver a ti.

Porque no, el dinero no te va a salvar.

Pero sí puede sostenerte mientras aprendes a salvarte a ti.

Y tal vez… es hora de que te sostengas distinto.

¿Qué opinas?

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos